Palo a la Prensa crítica, zanahoria a los sindicatos hermanos

Al tiempo que prepara una ofensiva de apariencia legal contra los medios de comunicación que no le bailan el agua, el Gobierno de Pedro Sánchez ultima una batería legislativa para proteger a los suyos: el Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, que dirige Félix Bolaños, intentará aprobar una Ley para la «protección de las personas frente a las demandas estratégicas contra la participación pública». La iniciativa recuerda mucho a la proposición de ley que el Partido Socialista tiene registrada en el Congreso de «garantía y protección de los derechos fundamentales frente al acoso derivado de acciones judiciales abusivas». Una propuesta que tiene como objetivo frenar la acción popular y que impide, por ejemplo, abrir procesos penales con querellas basadas en informaciones periodísticas, como si las informaciones periodísticas no hayan estado en el origen de la práctica totalidad de los escándalos de corrupción.
Entre las personas físicas y jurídicas que gozarán de la protección del Gobierno se encuentran las organizaciones de la sociedad civil: ONG, sindicatos, artistas, investigadores y académicos, que serán blindadas «frente a acciones judiciales interpuestas contra ellas para disuadirlas de la participación pública». Entiende el Ejecutivo que «las demandas estratégicas suelen ser interpuestas por entidades poderosas, como particulares, grupos de presión, empresas, políticos y órganos estatales, en un intento por silenciar el debate público. En ellas se da a menudo un desequilibrio de poder entre las partes, ya que el demandante dispone de un mayor poder financiero o político que el demandado». O sea, que caña a los medios de comunicación críticos y sobreprotección de los sindicatos afines.
Hay que reconocerle a Sánchez que ya no se corta. La estrategia del autócrata está más clara que el agua. Sus enemigos son todos aquellos que no comulgan con sus ruedas de molino y sus amigos los que le rinden pleitesía por la cuenta corriente que les tiene. Entre ellos, en primera posición de saludo, los sindicatos hermanos.