Opinión

No había nada: ¿y ahora qué?

Pilar Barreiro ha sido víctima de un linchamiento inaceptable. Tras tener que demostrar su inocencia una y otra vez, ahora la Fiscalía la exonerará definitivamente y confirmará que no pagó ni un solo euro por lavar su imagen. La senadora del Partido Popular y ex alcaldesa de Cartagena concluye así una pesadilla que incluso había propiciado que Ciudadanos pidiera su dimisión al PP para apoyar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Ahora que la justicia cierra este difícil e injusto capítulo vivido por Barreiro, cabe reflexionar hasta qué punto ha sido injusto todo lo vivido por esta política. ¿Quién y cómo resarcirá el daño a su imagen y a su propia vida? 

Los juicios sumarísimos sin esperar al veredicto final de la justicia pueden hacer un daño devastador a cualquier persona y a su familia. Barreiro se ha aferrado a su inocencia en un contexto muy hostil. El mero hecho de haber sopesado la posibilidad de contratar al informático de la Púnica Alejandro de Pedro para que la asesorara en cuestiones de imagen le ha ocasionado una cacería inaceptable. El entonces juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, la acusaba de utilizar fondos públicos para mejorar su imagen. Al menos hasta el momento, y esperemos que sea siempre así, pensar o reflexionar sobre la posibilidad de hacer algo no está tipificado en el Código Penal si no se lleva a la práctica. 

Algo por lo que Barreiro parecía juzgada de antemano a pesar de que nunca hubo ni el más mínimo cargo al presupuesto del Ayuntamiento de Cartagena por cuestiones de imagen o reputación relacionadas con De Pedro. Un hombre al que, por otra parte, contrató el PSOE por 52.000 euros para que limpiara la imagen en Internet de las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero y les enseñara a manejarse en ellas. Ni el expresidente ni ningún otro cargo socialista tuvo que declarar al respecto. También trabajó para Patxi López sin ninguna consecuencia por ello. De ahí que el caso de Pilar Barreiro llame aún  más la atención. La que fuera alcaldesa de Cartagena también tuvo que declarar ante el Tribunal Supremo por el caso de corrupción de Nova Carthago. Otra causa en la que trataron de involucrarla y que también acabó sobreseída. Inaceptable lo vivido por la senadora del PP. A ver si ahora alguien entona el mea culpa.