Opinión

Més que paraules: Bildu

Hace dos años, ante las últimas elecciones autonómicas del País Vasco, Més per Mallorca sorprendió a propios y extraños al apoyar públicamente a EH Bildu, el partido de Arnaldo Otegi, que estos días está en el punto de mira de la opinión pública después de incluir a 44 miembros de la ETA, siete de ellos asesinos, en sus listas electorales. Neus Truyol, la alcaldable de Més per Mallorca en la capital, remarcaba entonces «el esfuerzo de las diferentes familias que confluyen en EH Bildu para consolidar un escenario de paz, justicia social, derechos humanos para todos, equidad ecológica y soberanía en el País Vasco».

Tenemos dudas de si el apoyo de Més per Mallorca a EH Bildu tuvo alguna incidencia en el crecimiento electoral del brazo político (¿político?) de los terroristas. De lo que no hay ninguna duda es del apoyo entusiasta de la formación mallorquina a los albaceas de los del tiro en la nuca, la bomba lapa, la extorsión y el secuestro, los responsables en última instancia del exilio de cientos de miles de vascos -una limpieza étnica en toda regla- que no pudieron soportar la presión a la que estaban sometidos cuando los cómplices de la ETA espiaban, informaban y señalaban y sus héroes, admirados por su valor y su falta de escrúpulos, ejecutaban sin pestañear a los enemigos de la patria vasca.

Un respaldo entusiasta que tampoco puede catalogarse de coyuntural. Unos meses atrás de los comicios vascos, los nacionalistas mallorquines de Més per Mallorca hacían gala de la buena sintonía con Bildu al mandarle una felicitación por su «trayectoria». «Felicidades, EH Bildu, por tu primera década de trayectoria. ¡Un abrazo internacionalista desde la izquierda soberanista mallorquina!» (ABC, 31/03/2021). Simultáneamente Més per Mallorca se sumaba a la iniciativa de EH Bildu en el Congreso contra las «discriminaciones lingüísticas» del catalán, vasco, gallego, aragonés y astur. Discriminaciones lingüísticas, tal cual. Para estos lobos disfrazados en piel de oveja, que los alumnos baleares no puedan estudiar ni siquiera el 25% de las asignaturas en español, contra toda la jurisprudencia del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, no supone ninguna discriminación lingüística, sólo un avance hacia la utopía de poder vivir plenamente en catalán.

Un año y medio antes, en la IV Asamblea en la que era elegido Antoni Noguera como nuevo coordinador de un refundado Més per Mallorca, la formación mallorquina recibía el respaldo, entre otras formaciones, de EH Bildu y de los ya golpistas de ERC. El coordinador Guillem Balboa posaba junto a los embajadores de EH Bildu, BNG y ERC en la famosa fotografía de la Declaración de la Llotja de Mar, una entente cordiale para «reclamar el derecho de autodeterminación de los pueblos». Era la confirmación de que Més per Mallorca participaba como el que más en la operación de blanqueo de EH Bildu. Una estrategia, dicho sea de paso, no excesivamente arriesgada ciertamente puesto que Pedro Sánchez, el mismísimo presidente de España, encabezaba la operación de blanqueo y de normalización de EH Bildu al tratarla como una más del bloque de las «fuerzas progresistas».

Estas últimas semanas ha quedado claro el apoyo de los golpistas de ERC a la formación de Lluís Apesteguia. El presidente de la Generalidad, Pere Aragonés, ha bendecido a la formación mallorquina como su opción preferida en las Islas. «Queremos contribuir en todos los éxitos de Més porque es el proyecto progresista y soberanista que hará avanzar a Baleares», ha sentenciado Aragonés. Nada llamativo a estas alturas, ciertamente, máxime cuando la minúscula ERC de Mallorca forma parte de Més per Mallorca.

Habiendo quedado claro el respaldo de la ERC de Oriol Junqueras y Aragonés a la formación vicaria que encabeza Apesteguia, lo que todavía desconoce la opinión pública balear (y la publicada también) es si, en justa correspondencia, EH Bildu respalda o no a Més per Mallorca de cara a los comicios del 28 de mayo. No tengo ninguna duda de que un respaldo público y notorio de los de Arnaldo Otegi a la formación de Apesteguia también podría tener incidencia en las urnas.

Estos son, terroristas y golpistas, los aliados preferentes de Més per Mallorca a menos que hayan cambiado de opinión estos últimos días. Como lo son también de Pedro Sánchez. Curiosos compañeros de viaje para quienes, como Apesteguia, se dedican en los debates electorales a criminalizar a una formación exquisitamente constitucionalista y sin las manos manchadas de sangre como Vox como el «partido del odio». ¿Partido del odio conociendo con quienes se juntan los de Més per Mallorca? ¿Vox, «partido del odio», cuando los militantes de Vox son ahora mismo las principales víctimas de la violencia política desatada en su venerada Cataluña o en la Marinaleda comunista, una violencia política que tanto nos recuerda a la del País Vasco en sus años de plomo cuando los batasunos de «trayectoria» intachable para Més per Mallorca hostigaban sin piedad a formaciones como PSOE y PP que ahora callan como muertos a ver si, gracias al aislamiento de Vox, pueden recabar unos votos más en su zurrón? No cabe mayor hipocresía.

Més que paraules, reza con cierto misterio el eslogan electoral de los de Apesteguia sin saber exactamente a qué se refieren. Ahora ya tenemos la solución al misterio. Més que paraules: Bildu.

¿Qué hacen Castells y Tur en el debate de IB3?

Sigo sin entender el formato del debate electoral de IB3 celebrado el pasado domingo. La presencia del candidato Josep Castells de Més per Menorca y de Silvia Tur de Gent per Formentera me parece un disparate que sólo obedece al propósito de dar muchos más minutos a las fuerzas del pacto de progreso e intimidar a las fuerzas de la oposición. Lo mismo ocurre en el Parlament balear donde Tur ejerce, otra más, de mamporrera de una Armengol que, cubiertas las espaldas, puede presentarse ante la audiencia en modo presidencial y propositivo. ¿Qué sentido tiene que Castells y Tur, que no aspiran a la presidencia y que sólo se dirigen a menorquines y formenterenses, respectivamente, participen en un debate electoral codo a codo con los representantes mallorquines?

Todos sabemos -menos Tezanos- que las elecciones autonómicas son en realidad cuatro elecciones distintas, una por cada isla-circunscripción. IB3, como servicio público que es de todos los baleares y no del PSOE de Armengol, debería organizar no un debate sino cuatro debates, uno para cada isla-circunscripción. Pep Castells debería enfrentarse a los cabezas de lista de PP, PSOE, Vox y Podemos que se presentan en Menorca. Igual que Silvia Tur debería confrontar con sus contrincantes de PP y Vox que, como ella, se presentan sólo por Formentera. Lo demás es un sinsentido: vuelve a relegar la isla de Mallorca al restarles tiempo a quienes, por su condición de mallorquines, optan a la presidencia balear.

El debate pierde interés para los televidentes mallorquines a quienes poco importan algunas problemáticas lcoales a las que lógicamente se refieren los candidatos insularistas. Y favorece electoralmente a quienes, como Castells y Tur (que encabeza una coalición en la que, para más inri, está integrado el PSOE), se presentan ante menorquines y formenterenses como una especie de embajadores de sus islas respectivas cuando en realidad sólo son una opción más.

Mallorca, igual que con la ley electoral, es ninguneada una vez más y las fuerzas que se presentan en todas las islas castigadas frente a aquellas que únicamente se presentan en una isla menor, una forma harto curiosa de fomentar la «comunidad balear». Es incomprensible que el PP no alce la voz ante tales atropellos, como también lo es su negativa a abrir de una vez por todas el melón de la ley electoral balear que beneficia descaradamente a menorquines y formenterenses en detrimento de mallorquines e ibicencos.