Opinión

Los matones de Alsasua son ETA

Uno de los principales problemas que deberá resolver cuanto antes el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy es la creciente violencia de ETA en Navarra. Una región en la que, a través del comportamiento totalitario de sus matones, tratan de coartar la vida y el comportamiento de las personas que no piensan como ellos. La Fiscalía actúa con diligencia al considerar como delito terrorista la agresión a los dos guardias civiles y sus respectivas parejas en Alsasua. Un hecho que, lejos de ser un ataque aislado, —o «una pelea de bar» según la abyecta versión de los proetarras de Bildu— forma parte de una campaña organizada por los radicales para demoler mediante el terror todo lo que signifique España. La Audiencia Nacional, a instancias del Ministerio Público, ha de exigir cada una de las acciones desarrolladas por la Policía Foral en relación a este caso y escrutar con sumo detalle el comportamiento de la propia presidenta autonómica Uxue Barkos. Resulta complicado de entender cómo, tras una paliza en la que intervinieron 60 abertzales, tan sólo hubo dos detenciones. Ambos violentos, además, puestos en libertad con cargos.

Desde los años 70 hasta nuestros días, echar a la Guardia Civil del País Vasco y Navarra ha sido un objetivo histórico de la banda terrorista así como una condición sine qua non ante la posibilidad de cualquier acuerdo de «paz». No obstante, y como medida de presión contra el Estado, el deseo ha mutado en una furibunda persecución que recuerda los tiempos más salvajes de ETA. Por lo tanto, los jueces tienen que ser implacables a la hora de aplicar el artículo 573 del Código Penal para poner freno a esta sinrazón. Desgraciadamente para la mayoría de ciudadanos pacíficos, que siempre pagan las consecuencias del terror, muchas poblaciones viven atemorizadas bajo el yugo represivo de los radicales, puro terrorismo. El pasado lunes les mostramos en exclusiva cómo estos enemigos de la democracia echaron a las cámaras de OKDIARIO de Alsasua al grito de «¡En España habrá libertad, aquí no!». Resumen de por qué es tan necesaria la rápida intervención estatal en una región dominada por los cachorros de ese siniestro intruso de la política llamado Arnaldo Otegi.