Lo que les une es más de lo que les separa…

Lo que les une es más de lo que les separa…

La política, sin duda, tiene un elemento de lucha descarnada por la primacía del poder, pero dicho poder no deja de ser un medio para gestionar el interés general de los ciudadanos. En este sentido, los acuerdos programáticos, cuando son necesarios porque ningún partido ostenta mayoría suficiente de gobierno, tienen enorme importancia para dotar de coherencia, solidez y rumbo a una legislatura.

Todo lo señalado hace que solo se pueda calificar de obvio el acuerdo que propone el PP para que las tres fuerzas de derecha colaboren juntas en municipios y comunidades. Basta realizar una comparativa entre los tres programas electorales de populares, Ciudadanos y Vox para detectar que hay grandes rasgos en común sobre cuestiones esenciales como, por ejemplo, la bajada de impuestos, la unidad de España o las medidas para impulsar el crecimiento y la creación de empleo.

Pero sucede que, de un tiempo a esta parte, se ha impuesto en España una visión deformada y pueril de la actividad política, como si en este terreno todo fuera una mezcla de espectáculo burdo y constante operación maquiavélica. A veces da la impresión de que más de un representante público ha consumido en día y medio todas las temporadas de Borgen y de House of Cards, pero, en cambio, no ha dedicado ni media hora a leer algún capítulo del mítico Sabine. Y no, repetimos que la política –al menos la mejor política, la que perdura porque hace cosas sólidas y buenas por los demás– no consiste en eso. Después de este tremendo ciclo electoral de cuatro años, inédito en la democracia española, ha llegado el momento de que cada oveja vaya con su pareja. Hay cinco comunidades autónomas y más de 30 capitales de provincia donde los votantes están esperando acuerdos dentro del espacio político de la derecha.

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