Opinión

Lo que se ahorra en dietas y chalecos antibalas, Marlaska se lo gasta en flautas

Ante situaciones como las que hoy desvela OKDIARIO no hacen falta demasiados comentarios, ni sesudas disquisiciones editoriales. Los hechos están ahí, para que el lector saque sus propias conclusiones. Mientras el Ministerio del Interior daba luz verde a la compra de dos nuevos instrumentos -una flauta Muramatsu y un fagot Mossman- para la unidad de música de la Guardia Civil con un coste de 50.030 euros, el departamento de Fernando Grande-Marlaska sigue sin atender las peticiones de las asociaciones de la Benemérita para que se agilicen las compras de más chalecos antibalas. Con el dinero empleado en la flauta y el fagot se podrían haber comprado un centenar de chalecos, pero entre las prioridades del ministro está antes la música que la seguridad de los agentes.

Si a este asunto le añadimos la otra información que publica este diario, según la cual sólo ocho guardias civiles se han ofrecido como voluntarios para participar en las tareas de refuerzo en Canarias al considerar absolutamente insuficientes los 60 euros de dieta diaria que el ministerio ofrece para comida y manutención, la conclusión es que Marlaska ha perdido definitivamente el sentido de la realidad y que, absorto por el sonido de la flauta Muramutsu, vive en una realidad paralela. Es de puro sentido común que a la hora de establecer prioridades de gasto, la flauta y el fagot -por muy importante que sea la unidad de música de la Guardia Civil, por otra parte excelente- no sean tan urgentes como los chalecos antibalas, o que los 50.030 euros empleados en ambos instrumentos podrían haber servido, igualmente, para incrementar las dietas de los agentes. Tal vez pensara Marlaska que la mejor manera de contener la avalancha de inmigrantes irregulares en Canarias era, a modo del flautista de Hamelín, tocando la flauta Muramatsu. Sólo así se entiende que no haya más dinero para dietas de los agentes y que falten chalecos antibalas.