Jésica, Ábalos, Gobierno y corrupción

Si al columnista le interesaran o interesasen los asuntos de las entrepiernas públicas, este caso de Jésica Rodríguez/José Luis Ábalos sería un botín con grandes y exitosos perfiles para una docuserie de podredumbre política, esto es, sostenido con el sagrado dinero de los contribuyentes.

Después de tanta mentira, en sede judicial, mediática y parlamentaria, por fin, se ha podido documentar que la buena y sufrida «novia» del todopoderoso José Luis Ábalos, el gran comisario para todo de Pedro Sánchez, fue adscrita a la presidencia de ADIF (Chamartín), entonces bajo mando y responsabilidad de una socialista (pija) de toda la vida, Isabel Pardo de Vera, mujer de la entera confianza del ministro de Transportes.

Este dato no es en absoluto baladí. Porque además de no ir a trabajar (algo en común con «el hermanísimo») –y, por lo tanto, malversar caudales públicos–, significa que el ministro más cercano al presidente del Gobierno utilizaba la empresa estatal por antonomasia para colocar a su novia o lo que fuera en realidad. Además, con el cabezazo de Pardo de Vera, que ya tuvo que deponer ante el juez en aquella ocasión como «testigo», según parece. Todo este asunto de las sucesivas amiguitas de Ábalos tiene un similar paralelismo de abuso de poder al caso de Sánchez, el músico, si bien con aprovechamientos diferentes pero todo a costa de la caja pública.

Se entiende que anden acongojados en el Complejo de la Moncloa después de que la opinión pública y, sobre todo, jueces probos, estén conociendo los detalles (algunos de ellos verdaderamente sórdidos) de la utilización de bienes de todos para beneficios del entorno sanchista.

Cuando escribo esto, hace menos de 72 horas que una conocida fiscal relataba al columnista de la gravedad de los hechos que en modo alguno un Estado serio puede pasar por alto, ni siquiera resultar benevolente. «Lo más grave para ellos, unos y otros, es que no tiene escapatoria porque los hechos son irrefutables».

¿Para cuándo un poco de cordura y se llama al pueblo para que se pronuncie?