Izquierda de salón que sueña en caviar

Conozco gentes que se autotitulan «de izquierdas» que viven como auténticos capitalistas (muchos de ellos han suscrito un manifiesto proSánchez) y a los que gusta el dinero más que a un tonto un lápiz. Conozco a otros a los que se les considera «fachas» que a duras penas llegan a fin de mes.

Todos conocemos a gente así. Voy al grano.

Una serie de personalidades que han venido históricamente de las izquierdas (Partido Comunista, incluido) han suscrito un manifiesto –esto parece cada vez se parece más al inicio de la Transición, donde los panfletos eran parte de la vida política– en contra del cupo catalán y los privilegios a los territorios catalán y vasco que el Gobierno «progresista» ha concedido a costa del resto de los territorios sólo para mantenerse en el poder y que Pedro Sánchez continúe siendo presidente del Gobierno. Por siete votos.

Entre ellos, gente tan solvente como Antonio Resines, Fernando Savater, Guillermo del Valle (Izquierda Española), Sabino Méndez, Soraya Rodríguez, Gonzalo Bernardos o Félix Ovejero.

«El cupo catalán –sostienen– supone una fragmentación injusta y opaca del sistema fiscal que traerá desigualdad, fraude, descontrol y mayor desafección entre los ciudadanos (…) Exigimos igualdad entre todos, vivan en donde vivan (…) Algo intrínseco al Estado de Derecho».

Se puede decir más alto, difícilmente más claro. Con toda razón. Es un imposible decirse de izquierdas y al mismo tiempo pretenden que el Estado haga más ricos a los ricos en sus territorios con ansias de secesionismo. Es un imposible porque, en primer lugar, resulta imposible ser de izquierdas con tal planteamiento y, en segundo, son egoístas, fachas, feudalistas y esencialmente bobos.

Los independentistas son independentistas, ya los conocemos, pero los socialistas y comunistas que jalean la diferencia fiscal son contradictorios y niegan la propia razón que los ha llevado a la política. Mucho más si justifican sus cargos en la defensa del «bien general» y de lo que llaman «mayoría social». Pretenden afianzarse en los carguetes, trinkar lo que puedan mientras el machito resista y el que venga atrás que arree.

Los socialistas con cargo en el resto de España tienen que saber que si no combaten el último intento sanchista por mantenerse en el poder a cambio de la decencia tendrán que pagar las consecuencias.

PD. Por cierto, el País Vasco tiene su cupo; Cataluña quiere el suyo. Ni unos ni otros quieren menas en sus territorios.