Opinión

Infame caza de brujas

Parte de los mossos que contuvieron al ‘Tsunami’ separatista y a los CDR durante el clásico Barça-Real Madrid del pasado mes de diciembre han sido investigados y varios de los agentes que cargaron contra los radicales que llevan más de 100 días cortando la Meridiana de Barcelona han sido objeto de la apertura de un expediente. Es decir, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, inhabilitado por desobediencia, ha ordenado una purga en la Policía autonómica para castigar a los agentes que velaron por el cumplimiento de la ley e hicieron frente a la violencia del independentismo radical.

La División de Asuntos Internos de los Mossos d’Esquadra manejaba a finales del pasado mes de octubre una lista de 15 agentes a los que se investigaba por las cargas policiales tras la sentencia del ‘procès’. OKDIARIO desveló cuáles eran. La pasada semana, Torra anunció que la lista había crecido hasta los 37 agentes, 22 más. La nueva lista de investigados, según ha confirmado OKDIARIO de fuentes policiales, incluye actuaciones «polémicas» que los Mossos han llevado a cabo entre noviembre y enero. Por ejemplo, el operativo para ‘blindar’ el Clásico ante la amenaza de los CDR y del ‘Tsunami’.

Resulta intolerable desde un punto de visto democrático que alguien que carece de legitimidad para desempeñar el cargo que ocupa haya decidido emprender una caza de brujas contra los policías autonómicos que cumplieron dignamente con su labor. Es una indignidad y una indecencia que miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estén pagando en sus carnes las consecuencias de haber cumplido y velado por el respeto a la ley, lo que no hizo Quim Torra.

Y más indignante resulta que el presidente del Gobierno de España se reúna con alguien que ocupa (okupa, sería más correcto) la presidencia de la Generalitat de Cataluña y se sirve de un cargo que no le corresponde para defender a los radicales que desatan la violencia purgando a quienes garantizaron, como era su obligación, el orden público durante el Clásico Barça-Real Madrid. Surrealista y patético.