La ignominia de Sánchez no justifica la pifia de PP y Vox
Vale que la trampa -pura ignominia- es del Gobierno de Pedro Sánchez, pero que a PP y Vox les colaran de forma torticera en el Congreso la reforma de la ley que permitirá rebajar las condenas a presos etarras no es de recibo. Fiarse de la palabra del Ejecutivo es un ejercicio de alto riesgo y si ya en marzo de 2022 el Gobierno negó que la reforma pudiera «guardar relación» con beneficios a presos de ETA, razón de más para desconfiar.
Es cierto que un grupo de diputados de la formación de Santiago Abascal se interesó por interrogar al Gobierno sobre «cuándo preveía promover esta reforma», en alusión a la modificación de la ley orgánica 7/2014, de 12 de diciembre, sobre intercambio de información de antecedentes penales y consideración de resoluciones judiciales penales en la Unión Europea.
Y es verdad que Vox advirtió de que «esta iniciativa, en síntesis, supone que muchos de los condenados por terrorismo que hayan cumplido su condena en Francia pueden ahorrarse ese tiempo en prisión». Precisamente por eso, porque ya había sospechas de que Sánchez iba a regalarle a los proetarras de Bildu una de sus viejas reivindicaciones, motivo añadido para haber estado atentos. Vox la vio venir, pero el PP ni eso.
En su escrito, con fecha de 16 de febrero de 2022, los de Abascal subrayaron que, «según los cálculos del colectivo de víctimas del terrorismo, esta nueva ley permitirá que hasta 48 etarras puedan ahorrarse casi 375 años de cárcel en nuestro país, una media de 7,8 años de cárcel por cada uno de ellos». El Gobierno de Pedro Sánchez negó esta posibilidad y contestó que la reforma no guardaba relación alguna con las rebajas de penas a los presos etarras. El error estuvo ahí: porque una negación del Gobierno de Pedro Sánchez es un reconocimiento en toda regla. El daño ya está hecho. La ignominia es de Sánchez, pero la pifia del PP –cuyo presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido perdón a las víctimas– y de Vox resulta incuestionable.