Iglesias trata al PSOE como si fueran tontos
Uno de los sesgos que primero suele aflorar en la dialéctica del populismo es que, convencidos de su credo como si fueran una suerte de secta, sus representantes consideran con demasiada ligereza que ellos son muy listos y todos aquellos que piensan diferente, muy tontos. Un ejemplo es el comportamiento del líder de Podemos, Pablo Iglesias, al respecto del Partido Socialista a la hora de establecer un pacto de Gobierno. Bien es verdad que el PSOE, bajo el mandato naíf de Pedro Sánchez y con ayudantes como César Luena, se muestra como un partido sin determinación ni contundencia, siempre esperando el amparo de los barones, que sí saben cómo cortar de raíz cualquier delirio pseudopresidencialista por parte de Iglesias.
Cuando el secretario general de Podemos se ha presentado este lunes ante los periodistas con la libreta morada debajo del brazo, parecía como si el nuevo jefe del Ejecutivo estuviera en plena alocución en directo para todo el país. Entre las muchas maneras de insultar la inteligencia de su adversario, el hijo predilecto de Irán y Venezuela ha escogido la presentación de un pacto imposible. Especialista en demagogia, el «estratega» bolivariano sabe que así traslada toda la presión a Pedro Sánchez ya que si el socialista no acepta, Podemos esgrimirá hasta el hastío el argumento de la traición del PSOE hacia el Frente Popular.
De cumplirse, las propuestas de Iglesias lo convertirían en un ‘Rey Sol’ a la española. Un monarca absoluto en pleno siglo XXI que serviría tanto a los intereses espurios de su propia formación investigada por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) como a los de sus socios en Caracas y Teherán. Prueba de ello es que Pablo Iglesias ha vuelto a insistir en el control del CNI —Inteligencia—, Televisión Española —Propaganda— y, por supuesto, una Oficina Anticorrupción dependiente del Gobierno con el objetivo de hacer y deshacer a su gusto sin atisbo alguno de independencia en la gestión. Muy al contrario de lo que ha dicho el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, Iglesias sabe muy bien donde está y a qué juega. El cabecilla podemita puede actuar como un funambulista de los pactos ya que bajo los pies tiene la red del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que los sitúa por delante del PSOE de cara a unas posibles —y pretendidas por su parte— elecciones generales.
Por eso, entre otras cosas, ha sacado a relucir otro de los temas fundamentales: el referéndum de independencia. Algo que hace del posible acuerdo una entelequia ya que los líderes autonómicos no lo permitirían bajo ningún concepto. Pablo Iglesias no engaña a nadie: quiere elecciones. Pero antes de conseguirlo, desgastará al PSOE tanto como pueda con este tipo de proposiciones. Por eso, en la acera socialista deberían descartarlos por completo y explorar nuevas posibilidades de pactos. Además de lo anterior, el libreto de Podemos sólo traería miseria a España con un considerable aumento del gasto público y, por supuesto, la consiguiente subida salvaje de impuestos para poder pagarlo. El PSOE también puede localizar puntos débiles en los morados, de explotarlos depende su supervivencia.
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