Opinión

De Gaza a España: la sobreactuación abre la puerta

Es lo que tiene sobreactuar y no contar hasta diez: las declaraciones de distintos miembros del Gobierno de España acusando a Israel de estar cometiendo un «genocidio» en Gaza han abierto la puerta a que cualquier ciudadano de este territorio pueda solicitar asilo político en España. Dicho de forma más clara: en aplicación de la Ley de Asilo de 2009, ratificada por el Tribunal Supremo en una posterior sentencia, si España considera oficialmente que en Gaza se está produciendo la eliminación o exterminio sistemático de un grupo humano por motivos de raza, religión o nacionalidad, entonces, por definición, cualquier persona que viva en Gaza o haya conseguido salir de allí se puede presentar en la embajada o consulado español en Israel, Egipto, Jordania, Líbano o cualquier otro país y solicitar asilo de manera urgente.

Normalmente, para lograr el reconocimiento de derecho de asilo es fundamental demostrar la existencia de un riesgo para la integridad física del solicitante. Es un trámite complejo y no siempre fácil de lograr porque hay que probar que la vida de la persona corre peligro, pero en el caso que nos ocupa estaríamos ante un derecho de asilo de libro, según los expertos, porque ha sido el propio Gobierno del país al que se le solicitaría asilo quien ha considerado que en Gaza se está produciendo un genocidio. Esto es, «la eliminación o exterminio sistemático de un grupo humano por motivos de raza, religión o nacionalidad». Las declaraciones de los ministros del Gobierno de España pueden provocar un aluvión de solicitudes de asilo y distintas ONG ya están sobre el asunto. Y es que lo último que al respecto dijo la ministra de Defensa, Margarita Robles, no deja lugar a la duda: «Lo que está pasando en Gaza es un auténtico genocidio». El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, consciente de la trascendencia de esas declaraciones, dijo que se trata de «opiniones personales» que en ningún caso son un sentir oficial. Demasiado tarde. Las irresponsabilidades políticas se pagan.