Eurostat enmienda al Gobierno

Eurostat enmienda al Gobierno
Eurostat enmienda al Gobierno

Eurostat ha publicado los datos de variación del PIB y del empleo del segundo trimestre para la Unión Europea y no son halagüeños. Así, el mínimo incremento trimestral -una décima más que el precedente en el conjunto de la zona euro- encierra, sin embargo, un estancamiento de la economía alemana, motor de la UE y de la eurozona, que se queda en el 0% de crecimiento trimestral, ocho décimas menos que el trimestre precedente, elemento que, por su efecto tractor sobre toda la economía de la eurozona, puede provocar un impacto muy negativo sobre el resto, de manera que el crecimiento español, tras la temporada turística, podría mermar de manera considerable.

En cuanto al empleo, su crecimiento también se ralentiza en la eurozona, pasando del 0,6% en el primer trimestre al 0,3% en el segundo, que refleja la pérdida de fuerza de la actividad económica. Ahora bien, lo más relevante es la estimación sobre la evolución del empleo en España que realiza Eurostat.

De hecho, los datos de empleo en España que ofrece Eurostat son muy malos, con una caída trimestral del empleo de un 1,1%, equivalente a unos 220.000 puestos de trabajo menos en España (220.931 empleos menos, equivalente a un descenso del 1,1% sobre el nivel de ocupados de la EPA del ITR-2022), al ajustarlos de estacionalidad. Así, mientras que en la UE y en la eurozona el empleo creció un 0,3% en el IITR-2022, al igual que en Alemania, en España cayó un 1,1% en términos desestacionalizados.

Esto supone una enmienda a los cálculos del Gobierno, que viene sosteniendo, a través del ministro Escrivá, una senda de creación de empleo al desestacionalizar, que no es coherente con la mejora que le da, al eliminar la estacionalidad, a los malos datos del empleo en julio, medido en afiliados a la Seguridad Social.

Los datos que ofrece Eurostat, aunque basados, más bien, en la metodología de la EPA, aplican una desestacionalización que concuerda de manera más coherente con la realidad. Así, en ese segundo trimestre, casa mejor esa estimación de Eurostat de una caída del 1,1% del empleo trimestral, equivalente a esos 220.931 empleos destruidos en términos desestacionalizados, que el incremento de 143.558 afiliados más en el mismo período que ofrece Escrivá con su desestacionalización (un aumento del 0,72% trimestral, entre abril y junio).

Es decir, Eurostat, al ajustar la estacionalidad muestra un descenso del empleo en España en el IITR -en línea con lo ya anticipado por BBVA Research para julio, primer mes del IIITR-. El Gobierno se niega a ver la realidad y arremete con fuerza contra todo el que discrepa de lo que dice, pero la realidad va por otro lado y, tarde o temprano, no podrán ocultarla. Ahora, para ponerse la venda antes que la herida, anticipan una pérdida de 183.000 afiliados en agosto.

Lo cierto es que lo hacen antes de que transcurran veinte días de dicho mes, y cuando hicieron lo propio en julio, predijeron un aumento de afiliación en 30.000 personas, cuando, al final, descendió el número de afiliados en 7.366 personas. Por tanto, ni siquiera sabemos si esta previsión gubernamental será acertada, ya que lo que están consiguiendo es que se pongan en cuarentena todas sus previsiones, tanto por sus errores como por sus críticas infundadas a organismos sólidos y con prestigio como es el INE.

Y, como última ocurrencia, ante el cambio de rumbo en el empleo, el presidente Sánchez dice que debemos mirar los datos del mercado laboral con otros ojos. España no necesita parches y ocurrencias, sino una rectificación en toda regla en su política económica, porque la que aplica el Gobierno sólo empeora la situación, con más gasto, más déficit, más deuda, más impuestos y una asfixia para pagar tributariamente el efecto de la inflación, que sólo conduce a menos crecimiento y menos empleo, como ya Eurostat pone de manifiesto.

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