Opinión

¿Está la T.I.A. de Mortadelo y Filemón detrás del caso Ghali?

El Ministerio de Exteriores diseñó un plan secreto para acoger en España al líder del Polisario, Brahim Ghali, enfermo de coronavirus. La jefa de la diplomacia española, Arancha González Laya, ordenó una operación reservada -no informó al Ministerio de Defensa- para que Marruecos, enemigo declarado del líder del Polisario, no se enterara de que iba a ser atendido en un centro hospitalario de Logroño. Rabat, que practica el chantaje y la extorsión como nadie y tiene unos servicio secretos como pocos, estuvo al tanto de la que se estaba tramando desde el principio y cocinó a fuego lento la venganza que vino semanas después con la avalancha sobre Ceuta. Laya puso cara de no haber roto ni un plato cuando había provocado una crisis política y diplomática sin precedentes. La chapuza tenía consecuencias y el desaguisado degeneró en un conflicto de primera magnitud cuyos efectos últimos resultan aún imprevisibles.

Cómo será la cosa que el secretismo que envolvió la operación Ghali ha terminado en romería. El número 2 del Polisario, Salem Lebsir, ministro de Construcción y Repoblación de los Territorios Liberados del Gobierno Saharaui, ha sido descubierto por OKDIARIO tras reunirse en el hospital con su jefe. O sea, que aquello es una peregrinación en toda regla. Lebsir, preguntado por la posibilidad de que Ghali tenga que rendir cuentas ante la justicia española por delitos de genocidio, se ha partido de risa, lo que demuestra que no le preocupa mucho la querella reabierta por la Audiencia Nacional.

Llegados a este punto del culebrón, la pregunta es obligada: ¿Está la T.I.A. de Mortadelo y Filemón detrás de la operación secreta para esconder a Ghali?