La enorme responsabilidad de PP y Vox

La enorme responsabilidad de PP y Vox
La enorme responsabilidad de PP y Vox

Dando por hecho que más pronto que tarde se acabará el cuento de quién va  presidir el PP de Madrid, anulando en consecuencia la gasolina de que dispone ahora la izquierda radical para minar las posibilidades del PP para llegar holgadamente a La Moncloa, las encuestas volverán a repetirnos de manera insistente que el centroderecha crece imparable ante los disparates que pueblan el día a día del PSOE y sus socios, aquí el PSIB y su cuates de extrema izquierda, que para el caso viene a ser exactamente lo mismo. 

Esa mayoría holgada llevará a Pablo Casado a la presidencia del Gobierno de España, siempre y cuando se entienda, de una vez por todas, con el líder de Vox, Santiago Abascal. Porque las encuestas insisten en ello: sumando, se llega, y separando, repite Frankenstein en su indigna tarea de demolición del Estado de Derecho que hoy conocemos. Lo mismo vale para Baleares y, por tanto, para Marga Prohens, que solamente podrá llegar al Consolat de Mar si acaba en buen entendimiento con el líder de Vox, Jorge Campos. 

No me cabe la menor duda de que ante la deriva suicida de la izquierda radical, el hombre corriente admira la claridad del mensaje de Vox en su defensa de la Constitución. Porque, dejémonos de gilipolleces: Vox no encarna, ni por asomo, el neofascismo. En absoluto. El hombre corriente lo sabe bien y no se deja arrastrar por las insistentes intoxicaciones de los medios afines, a pies juntillas, al dictado de la corrección política. Incluso el votante del PP, lo sabe bien, vaya si lo sabe. Pero la inercia es la que es y el PP, su principal beneficiario. Eso es algo que también saben los votantes de Vox.

En consecuencia aceptan ver a Casado en Moncloa y a Prohens en el Paseo Sagrera. No a cualquier precio y aquí es donde entra la responsabilidad de Vox, su momento de la verdad. Ya sabemos para qué sirven el PSIB, Més, Podemos y el PI, o sea, para dar de comer al pancatalanismo y poco o nada más. La crispación es su caldo de cultivo y el bien común un desconocido. Un Gobierno o Govern de centroderecha es algo inédito desde el momento que no hablamos de OPA hostil, sino de conservadores y democristianos a la europea aupándose al poder para gestionar y no adoctrinar. Algo inédito.

Para ello, resulta imprescindible que se instale el sentido común y dejemos a un lado sentimientos de inferioridad que son los que dan a la izquierda su primacía llamándonos ultraderechistas o fascistas; gritos que emplean para que no reparemos en sus escandalosas carencias antes que para advertirnos de la amenaza real. Si les compramos el mensaje, estamos acabados y ellos lo saben bien. Vox encarna hoy en día al partido conservador y sus quejas a propósito de la Unión Europea o el constitucionalmente deficiente Estado de las Autonomías. En absoluto son actitudes fachas, al contrario: señalan el diagnóstico de un deriva que nos ha llevado a la insostenible actualidad.

La hora de la verdad para Vox llegará en el momento que se haga necesario concretar sus propuestas sobre el papel, que no difieren tanto de las del PP, salvo en la defensa de valores que los populares parecen haber aparcado y no necesariamente por necedad, sino por simple debilidad. Ésta va a ser la enorme responsabilidad del partido de Abascal y Campos: dejar de lado las incompatibilidades y apostar por los encuentros, que los hay. Claro que, si el PP es capaz de mirar a la cara a la izquierda radical y responder, sin que le tiemble el pulso: ¿Fascistas? ¿Ultraderecha? ¿De qué vais? ¿Os habéis mirado al espejo, atajo de totalitarios leninistas y chavistas? ¡Vale ya!

A partir de ese momento, el dóberman que despertó González en los 90, y mejorado por ZP y Sánchez -vaya dos- regresará a la perrera para volver a ser lo que siempre debió ser: un muñeco de peluche de muy mal gusto.

Cuestión bien distinta es saber de qué pasta están hechos Casado, Abascal, Prohens y Campos. ¿Sabrán estar a la altura de las circunstancias?  Pronto lo descubriremos, si en el intermedio no acaba siendo Barcelona la capital  de Baleares por gentileza del Senado y nuestro Parlament pancatalanista. 

Con la convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León vuelve a la primera línea esta cuestión de entendimiento entre PP y Vox, porque no va a reeditarse la mayoría, bipartidista, que ya se acabó. El PP tiene obligado permanecer atento a la jauría mediática de la izquierda y a los eslóganes de esa misma izquierda que perseguirán minar el entendimiento confundiendo a la opinión pública con descalificaciones miserablemente interesadas.  

El elector debe ser consciente de cuánto se juega a partir de ahora: libertad o república española bolivariana. Punto pelota. Si Marga Prohens y Jorge Campos se muestran incapaces de estar a la altura de las circunstancias… pues apaga y vámonos: nuevo Pacte de Progrés. La ducha calumniosa va a ser dura, persistente, infame y el único paraguas: libertad o bolivarianos.

Lo último en Opinión

Últimas noticias