Opinión

Es difícil encontrar un caradura mayor que el tal Jaume Alzamora

Decíamos en un reciente editorial que el líder independentista de Mallorca, Jaume Alzamora, era merecedor del premio nacional de Hipocresía por vender su casa, por 650.000 euros, a una alemana cuando su partido propugna de manera activa la prohibición de las ventas de inmuebles a extranjeros ante la escasez de vivienda en Baleares. Tenemos que reconocer abiertamente que no fuimos justos al reclamar el premio nacional de Hipocresía para el tal Alzamora, porque el galardón no hace justicia a la inmensa caradura que atesora el personaje. Nos quedamos muy cortos, porque esto ya no va de hipocresía, sino de otra cosa.

Los niveles de indignidad del personaje rompen todos los esquemas: no sólo vendió su casa a una ciudadana alemana en contra de lo que propugna su partido, sino que se ha construido ahora un chalé con piscina en el pueblo que las ha prohibido por la falta de agua que ha provocado la sequía. Se trata del municipio de Artà, en el noroeste de Mallorca. Alzamora es el número 2 de la formación independentista Més per Mallorca y portavoz de esta fuerza política en el Consell insular. Antes fue alcalde de Artà, luego concejal y durante la última legislatura, consejero en el Gobierno de Mallorca que presidía la socialista Cati Cladera. 

Alzamora encarna el perfil del clásico izquierdista radical que dice trabajar en pos de los más desfavorecidos y vive a cuerpo de rey, haciendo exactamente lo contrario en su vida privada de lo que reclama para los demás en su vida pública. Es, para entendernos, un jeta redomado que va por ahí presumiendo de solidaridad cuando es incapaz de practicar con el ejemplo.

El pasado 18 de junio el Ayuntamiento de Artà aprobó en un pleno extraordinario suspender toda clase de autorizaciones y licencias urbanísticas para construir, ampliar y reformar piscinas,  instalaciones o cualquier depósito de agua con finalidad recreativa o decorativa. El Ayuntamiento presidido por el socialista Manolo Galán tomó esta decisión ante la delicada situación hídrica que vive el municipio y con el objetivo de poder «estudiar y formular la presentación de nuevas medidas de ahorro de agua», algo que se realizará con la modificación puntual de las Normas Subsidiarias del municipio. Por supuesto, la formación de Alzamora votó a favor de prohibir la construcción de piscinas, pero Alzamora se sigue dando chapuzones en la suya.