Opinión

Derrotar a la izquierda en Madrid

El socialista Joaquín Leguina fue el primer presidente de la Comunidad de Madrid y cualquiera que lo escuche hablar hoy sabe que muy de izquierdas, tampoco es que sea. Mantuvo su cargo desde 1983 hasta 1995, gracias a que un CDS en descomposición se abstenía para permitírselo. Pero desde entonces hasta hoy han pasado 26 años en los que la izquierda no ha conseguido gobernar Madrid. Como casi nunca lo consigue en las comunidades autónomas que tienen la renta per cápita más alta, como son el País Vasco, Navarra y Cataluña. Por el contrario, el socialismo se hace fuerte en las comunidades más pobres, como son Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha. Ambos extremos representan a la perfección la España de las dos velocidades, el norte, rico y el sur, pobre.

Las regiones con unas economías más diversificadas e industrializadas y con servicios de alto valor añadido, generan más empleo y con mejores salarios que aquellas dependientes del sector agrario o el turismo, con empresas pequeñas y poco competitivas. Las primeras demandan impuestos bajos, menor injerencia del sector público y libertad para emprender. Y las segundas subsidios y subvenciones. En un modelo que se retroalimenta, las políticas liberales generan bienestar y riqueza y esto hace que una población emprendedora reclame gobiernos de derechas, mientras que las políticas de izquierdas crean pobreza y desempleo y provocan que los votantes a su vez voten a los partidos de izquierdas que aseguran una mayor intervención estatal. Y así los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres. Si naces en Cádiz, Badajoz o Toledo y quieres prosperar tienes que irte a Álava, Madrid o Barcelona… o aprender a votar.

Pero en tiempos de crisis todo puede cambiar y España vive en estos momentos una como no conocíamos desde la Guerra Civil con casi 6 millones de parados entre desempleados, ERTE y autónomos sin actividad. Aunque Madrid es una de las comunidades que mejor está capeando el temporal, ya que ha sido capaz de generar, desde septiembre de 2020 a marzo de 2021, un total de 102.179 empleos efectivos, multiplicando por 5,7 la creación de empleo del conjunto de España en ese periodo de tiempo. No obstante, al igual que en el resto de España, dentro de la Comunidad de Madrid también se reproduce el modelo con un sur gobernado por los socialistas, que tiene unas mayores tasas de destrucción de empleo en localidades como Fuenlabrada, Móstoles, Leganés, Getafe, Parla o Alcorcón. Y son precisamente estas localidades con mayor paro y menor riqueza, las que más necesitan que en Madrid continúen aplicándose unas políticas económicas liberales que les permitan desprenderse por siempre del socialismo que les empobrece.

La Comunidad de Madrid tiene una circunscripción única, lo que significa que todos los votos se suman y sus 136 escaños se reparten proporcionalmente en función del total de votos conseguidos por cada candidatura que haya conseguido superar el umbral del 5% de los votos, fijado en la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid. El porcentaje de votos recibidos en Madrid se traduce casi matemáticamente en porcentaje de escaños, de forma que, superando el 5%, el concepto de voto útil no existe en Madrid o, dicho de otra manera, los únicos votos que no se traducen en escaños son los dirigidos a un partido que no supere ese 5%. Para restarle escaños a la izquierda, a los partidos de centro y derecha no les sirve quitarse votos entre ellos; la única estrategia útil para derrotar al socialismo en la Comunidad de Madrid es irse a disputarle sus votos en aquellas localidades con mayor desempleo que hasta ahora han votado socialismo, pobreza y subvención. Localidades en las que el discurso del PP nunca ha logrado calar, pero en las que los de VOX parecen ser mejor recibidos. Ayuso parece tenerlo claro. Lo que no es tan evidente es que Casado lo haya entendido.