Opinión

¡Dejad al Rey en paz!

Las redes sociales se han llenado los últimos días de mensajes, algunos bastante ofensivos, en los que poco menos que se le exige al Rey Felipe VI que convoque nuevas elecciones sin proponer a Pedro Sánchez como candidato a la investidura. Varios medios de comunicación publican titulares en los que se cuestionan acerca de qué pasa si el Rey no propone a Pedro Sánchez para otra investidura. Incluso la televisión pública ha entrevistado a un catedrático en derecho constitucional para preguntarle si, en su opinión, dado que el Rey no va a saber si Sánchez cuenta con el apoyo de los partidos independentistas que no acuden a la consulta, podría no proponerlo como candidato. Todas estas dudas generan un ambiente en el que parece que se quiere hacer creer a la gente que es Felipe VI el que puede decidir si se tienen que repetir elecciones o no.

Tras los comicios de diciembre de 2015 el jefe del Estado ofreció a Mariano Rajoy que fuera el candidato a la investidura, por encabezar la lista más votada. Como Rajoy se negó a intentarlo, por entender que no tenía los apoyos necesarios, tras una nueva ronda de consultas, propuso a Pedro Sánchez, que sólo contaba con 89 diputados y aunque llegó a un acuerdo con Ciudadanos que tenía otros 40 diputados, la suma no fue suficiente, dado que el PP no se abstuvo, sino que votó en contra. Casi transcurridos dos meses desde la primera votación, el Rey llevó a cabo una nueva ronda de consultas y, como ningún candidato quiso volver a intentar su investidura, se disolvieron las Cortes Generales y se convocaron nuevas elecciones.

Algo parecido ocurrió después de las elecciones de abril de 2019. Tras la primera ronda de consultas el Rey propuso a Sánchez, que había ganado las elecciones pero sólo contaba con 123 diputados. Tras fracasar en su intento de ser investido, Felipe VI les dio a los diputados tiempo para negociar acuerdos y próximo a cumplirse dos meses desde la primera votación, llevó a cabo una nueva ronda de consultas en la que, de nuevo, ningún candidato dijo contar con los apoyos necesarios para tratar de superar la investidura, por lo que, con el visto bueno de la presidenta del Congreso, el Rey disolvió las Cortes y convocó elecciones.

En ninguna de esas dos ocasiones los partidos independentistas acudieron a la ronda de consultas convocada por el Rey, pero, a diferencia de lo ocurrido en 2015 y en 2019, en esta ocasión, tras un primer intento fallido de investidura, existe un segundo candidato que dice que cuenta con los apoyos necesarios y expresa su voluntad de presentarse como candidato a la investidura. Nuestra Constitución no le impone a Felipe VI la obligación de comprobar que el candidato propuesto cuenta con los apoyos necesarios. De hecho, ya son tres las veces que un candidato propuesto por el Jefe de Estado ha fracasado en su intento. En 2015 y en 2019 el Rey propuso a Pedro Sánchez sin contar con los votos necesarios y ahora acaba de proponer a Alberto Núñez Feijóo siendo público y notorio que no superaría la investidura.

Lo que dice el artículo 99 de la Constitución es que el Rey propondrá a un candidato «previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria». Y que si su intento fracasa «se tramitarán sucesivas propuestas» durante un plazo máximo de dos meses, transcurrido el cual habrá nuevas elecciones en el caso de que «ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso».

No es Felipe VI el responsable de los errores cometidos por los partidos políticos de centro y derecha en la campaña electoral, ni tiene la culpa el Rey de que uno de cada tres españoles haya votado a un candidato que ha incumplido todas sus promesas, pactando con etarras y golpistas. Haced todos el favor de dejar en paz al Rey y no intentéis hacerle responsable de vuestros propios errores.