Opinión

El ‘Deep State’ español quiere secuestrar a Puigdemont

El Deep State español quiere secuestrar a Puigdemont.

Por lo menos eso es lo que dice su abogado, Jaume Alonso-Cuevillas, en Radio Arrels, emisora subvencionada por todos ustedes. «El Estado español», dijo, «sería capaz de organizar una operación para secuestrar a Puigdemont en el Estado francés». No me digan que no es precioso. ¿Para qué querría el Estado español tomarse molestias tales? A mí, mientras esté fuera de Cataluña, o sea, de España, puede jugar a Napoleón en Waterloo hasta el Día del Juicio Final. Así y todo me imagino la vocecita impostada de ese Cuevillas, aportando cultura y cosmopolitismo en una radio súper pagesa, con eso del Deep State. Van a ver como se convierte en tendencia, como ocurrió con el Lawfare, que sin duda dejó a los independentistas de esos pueblos totalmente deslumbrados. ¡Qué bien hablamos inglés los catalanes de soca-arrel! No como esos españoles que justo deben de saber decir tankiu y mony. Ya verán: igual que han tenido loufer por un tubo ahora van a tener dipesteit a tutiplén.

Todo eso -déjenme que regrese a lo que les quería contar- porque el ex president fugado, que volvió y marchó otra vez admirando a las criaturas como si fuera Houdini (igual que los Reyes Magos son los padres, Houdini para cualquier adulto es el mismísimo Sánchez), tenía un acto en la Universidad Catalana de Verano en Prades, Francia, y no se presentó. ¿Por qué? Por «motivos de seguridad», pues se planteaban los suyos como un escenario no disparatado la llegada de un comando como si fuera talmente el ejército israelí en Khan Yunis. Y no lo digo en broma. Han pasado de burlarse del «Estado español» (¿recuerdan cómo se fotografiaba Puigdemont con los requerimientos judiciales que le llegaban y toda la guasa?) a tenerlo idealizado de tal manera que su abogado llega a manifestar en los medios que teme una «operación de inteligencia» estilo Mossad en Francia. ¡Ahora resulta que en España hay «inteligencia»! ¡Pero si no hablan ni inglés! Amos, anda. Y, encima, la comparan con la del Mossad. Si se enteran en la Guardia Civil les sube el ego varias toneladas.

Pero, bueno, eso lo ha dicho Cuevillas en Ràdio Arrels, que es como decir en Ràdio Hostalets. Peor. Una radio en la «Catalunya Nord». ¿Quién oye eso? Ahí te puedes permitir ser creativo y jugar a que, en algún lugar de la meseta castellana, un equipo tipo Fauda se plantea su secuestro en Francia. ¡Qué ilusiones! Ràdio Arrels, según la Viquipèdia, está ahí para «la dignificación de la lengua catalana», y su función es «a la vez pedagógica, informativa, formativa, divulgativa de los valores identitarios, culturales y nacionales catalanes, así como de divertimento». Vamos, que el «divertimento» es lo de menos. Es a la comida de coco independentista a lo que se dedica el medio, cobrando del «Fondo de Sostenimiento a la Expresión Radiofónica» que hace lo que puede porque ya saben que estamos infra financiados y van a tener que aflojarnos más dinero.

En fin, algo tienen que hacer para seguir haciendo que hierva la olla. Con su nueva huida, Puigdemont ahonda en el deterioro de su imagen entre sus propios correligionarios. Nadie quiere secuestrar al refugado. Si existiera ese comando quizá se urdiría en algún lugar de la Cataluña Sur y no en Castilla. Ya querrían muchos de Junts que el tipo se volatilizara. Pero no caerá esa breva. Puigdemont ya no es eurodiputado, ya no tiene inmunidad para circular por la Unión Europea. Teóricamente, en este acto en Francia, el juez Llarena hubiera podido activar una euroorden de detención y pillarlo. Pero, ca. Y ni siquiera estaría interesado el Deep State si es que existe. Puigdemont es un tipo muy cansino para todos.