¿Cómo ganar elecciones? Decálogo para líderes sin escrúpulos

¿Cómo ganar elecciones? Decálogo para líderes sin escrúpulos

Si traicionas tus promesas y mientes los días pares y los impares, si los beneficiados de tus felonías son los que quieren romper España, si es Otegi quien dice que «no va a haber mejor gobierno que el de PSOE y Podemos», si bates el récord de gasto y de deuda, si cada vez que tocas el BOE creas problemas donde no los había… ¿Cómo ganar las elecciones?

Vienen las urnas en 2023 y no bastan los incondicionales de siempre, la corte de asesores, chupopteros paniaguados, pelagambas subvencionados y barones cagalindes. Tampoco suma, sino que resta, lo de poner morritos en las fotos o gasolina al Falcon y las gafas de aviador. ¿Cómo ganar, entonces, las elecciones? Tranquilos, con un poco de tiempo y nada de moral, les queda este decálogo electoral para líderes sin escrúpulos. Ya han empezado

1º Manipular encuestas. Hay que presentarse como ganadores. Es más fácil ir al bar de moda o comprarte unas zapatillas de marca que sentirte un friqui solitario. Algo parecido ocurre en política: las opciones que parecen ganadoras atraen más y generan más ilusión. Por eso, si las encuestas no salen como se espera, se manipulan y chispún. De esto se encarga Tezanos. ¿Qué más da otra mentira más?

2º Autobombo. Hasta que nos pongan el NODO que ya ha insinuado la ministra portavoz, siempre queda meternos publicidad por tierra, mar y aire, de las cosas chulísimas que hace el Gobierno. Así, nuestro líder ya es el presidente que más ha gastado en publicidad institucional en los últimos 14 años.

3º La calle. Eso de las encuestas y la publicidad institucional es muy frío. Una imagen vale más que mil palabras y mil estadísticas y mejor si es de mucha gente y en la calle. Unas cuantas manifas y algaradas siempre ayudan, y más si se hacen en Madrid. De esto se encargan los siempre dispuestos sindicatos. Ya lo dijo hace un año la vice Yolanda cuando ejerció de portavoz sindical: «Jamás van a gobernar, pero si llegasen, ustedes sí que tendrían huelgas».

4º La canallesca. El adoctrinamiento que pretende lo anterior puede multiplicarse con la inestimable ayuda del periodismo orgánico. Tomada RTVE y subvencionados como nunca los medios afines, la cosa se pone muy, muy fácil.

5º Las prebendas. Con lo anterior ya tenemos el relato sociológico y mediático controlado. Pero como haría cualquier empresa, es mejor acompañar la publicidad con regalos promocionales y así llegan todo tipo de prestaciones, bonos culturales, pensiones por encima de nuestras posibilidades, etc, a ver si alguno de los beneficiados lo agradece debidamente con su papeleta.

6º. Nuevos votantes. Si perdemos base electoral habrá que buscar nuevos nichos de votos. De esto se encarga Bolaños, que espera que también sean agradecidos los 300.000 nietos y bisnietos de españoles que van a engrosar el censo electoral tras la Ley de Memoria.

7º Fotos con guiris. Hay que simular que eres un líder y todo está bien hecho, para ello qué mejor que unos palmeros cuando llegas de Bruselas o una serie de televisión en la que tú seas el prota. Pero nada encumbra más que las fotos con lideres internacionales. Aun no nos hemos desprendido en España de ese complejo de inferioridad que nos hace creer que todo lo extranjero es guay, que lo que hay más arriba de los Pirineos es mejor. No va a haber carrete, o ahora memoria, para tanta foto durante la presidencia de la Unión Europea. Y una foto con Biden sería lo más.

8º. Evitar los abucheos. De nada sirve rodearte de palmeros si no evitas los silbidos. Siempre te puede salir algún gamberro (o miles) que hagan dudar de que la calle está contigo. Por ello es mejor, como decíamos, frecuentar la moqueta internacional y evitar el roce callejero. Teniendo un Falcon, para qué ir a Leganés, pudiendo ir a Egipto.

9º: Crispación. Nada de dormirse y abstenerse o irse a la playa. Si la cosa se pone aburrida, subimos el tono y nos ponemos a llamar golpistas y machistas a los jueces y a la oposición y no se extrañen si el gobierno nos sorprende con alguna performance, tipo bulo del culo, navajas ensangrentadas o algún secreto oscuro que aquella canallesca se encargará de divulgar. Esto es lo que conviene, según decía Zapatero a Gabilondo. Ah, y los crispadores son los demás, por supuesto.

Y 10º: Pucherazo. Si nada de todo esto sirve, ¿qué haría un líder sin escrúpulos? Siempre queda el pucherazo. Versión clásica como en Ferraz o versión 2.0, con aplicaciones electrónicas. Pero esto no se estila en las democracias serias. A pesar del Gobierno, España aún sigue siéndolo y es posible evitarlo. Al menos en esta legislatura.

Lo que pase en la siguiente depende de que este decálogo tenga éxito o fracase. Usted verá lo que hace, señor elector.

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