Opinión

Como Franco ya no le funciona, Sánchez desentierra a Primo de Rivera

Lo de Pedro Sánchez es un caso sin igual: como Francisco Franco ya no le funciona ha decidido convertir en protagonista principal de su ley de Memoria Democrática a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y actualmente sepultado junto al altar de la Basílica del Valle de los Caídos. Primo de Rivera fue fusilado en la cárcel de Alicante en noviembre de 1936 bajo la acusación de rebelión contra el Gobierno de la Segunda República . Se da la circunstancia de que la anterior vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aseguró que Primo de Rivera recibiría un tratamiento distinto del de Francisco Franco porque se le podría considerar «una víctima», pero ahora el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha confirmado  que el Gobierno sí reubicaría los restos en cumplimiento de la nueva ley de memoria porque ningún «protagonista de la dictadura» podría estar en un «lugar preponderante» del Valle de los Caídos.

El Ejecutivo también quiere acelerar la exhumación de los restos que actualmente yacen en el Valle de los Caídos, pese a que los expertos consideran que esa labor provocaría daños irreparables. El propio Ministerio de la Presidencia ha reconocido que estas labores serán complejas, debido a las grandes dificultades técnicas, y también ha advertido de que entrar en las criptas no garantiza que se localicen los cuerpos que se buscan. Sin embargo, seguirá adelante, porque con el PSOE en caída libre en las encuestas Pedro Sánchez ha vuelto por donde solía. Este Ejecutivo que presumía de mirar al futuro ha decidido volver al pasado y remover las tumbas de los muertos. Ahora desanda casi 90 años para utilizar a José Antonio Primo de Rivera como reclamo electoral. En lugar de dedicarse a resolver los problemas de lo vivos, Pedro Sánchez juega a cambiar de sitio a los muertos en una macabra estrategia de manipulación histórica. El sectarismo ideológico del personaje es infinito.