Opinión

El chollo de ser «la mujer de Sánchez»

Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, dirigirá la nueva Cátedra Extraordinaria sobre Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense, cargo que compatibilizará con la dirección de varios máster y el África Center del Instituto de Empresa. El ascenso profesional de Begoña Gómez se produjo nada más llegar su marido a La Moncloa. Su carrera es meteórica y acumula tantas direcciones de máster que, salvo que esté dotada del don de la ubicuidad, parece imposible que dé abasto. Casualmente, sus máster se dirigen a alumnos con titulación universitaria, algo de lo que ella carece. Curioso dato que revela que a los alumnos les exigen mejor curriculum que a la propia directora de los cursos.

Tal vez tenga algo que ver el hecho de que detrás de los mismos se encuentren instituciones públicas dependientes del Gobierno: el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas; el Consejo Superior de Investigaciones Científicas; el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria y la Agencia Estatal de Meteorología. Los tres primeros dependientes del Ministerio de Ciencia de Pedro Duque y el último de la Vicepresidencia cuarta de Pedro Sánchez, que comanda Teresa Ribera, sobre Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Por decirlo de forma más clara: todos ellos dependen de su marido.

No se trata de cuestionar la valía profesional de Begoña Gómez, sino de subrayar un dato incuestionable. Su proyección laboral coincide con la llegada al poder de su esposo. De ahí que sea legítimo apuntar que su ascenso va vinculado directamente al ascenso político de su marido. Sin rodeos: estamos ante un caso de nepotismo de libro. ¿Qué habría dicho la izquierda y sus terminales mediáticas si la mujer de Mariano Rajoy se hubiera dedicado a acumular direcciones de cátedra y de máster en universidades públicas? Lo de Begoña Gómez no tiene un pase y es ética y estéticamente inaceptable, pero como el socialcomunismo tiene bula pocos se harán eco del escándalo. Es más, algunos nos tacharán de machistas. Es lo fácil.