Si hay café (amargo), que sea para todos
La España del futuro sólo será creíble si los partidos políticos dan un ejemplo inmaculado. Tras años de comprensible desencanto ciudadano debido a los constantes casos de corrupción, uno de los aspectos fundamentales para que las distintas formaciones se ganen el respeto de los españoles es mostrar una total transparencia en sus cuentas. En ese sentido, por ahora, todos los partidos deben guardar silencio. De ahí que la ‘Comisión Bárcenas’ que propone Ciudadanos no sólo deba atañer al extesorero y, por lo tanto, a la presunta financiación ilegal del Partido Popular. Lo ideal sería una gran comisión, con voluntad de profundidad y honestidad en sus diligencias, que se ocupara de analizar, escrutar y poner negro sobre blanco todos los números de los partidos políticos. Bien es cierto que el caso Gürtel en general, y la figura de Luis Bárcenas en particular, han supuesto un escándalo incuestionable dentro de la sociedad española. Junto a la Púnica, se estiman más de 420 millones de euros defraudados. Eso sí, es el caso más judicializado y en el que menos sentido tendría crear una comisión de investigación.
No obstante, el del PP no es, ni mucho menos, el único caso de corrupción asociado a un partido político que ha acaecido durante los últimos años. El Partido Socialista, por ejemplo, sobrepasaría los 3.200 millones en Andalucía con el caso de los ERE y el de los cursos de formación. Tampoco se escapa la autodenominada nueva política: los líderes podemitas cargan con la alargada sombra de la sospecha por su connivencia económica con el régimen teocrático de Irán y con la dictadura chavista de Venezuela. Una sospecha con claras evidencias que en el caso particular de CIU es palmaria realidad. Los padres ideológicos y económicos de los actuales secesionistas están metidos hasta el cuello en las mordidas del 3%. Un fraude que, unido siempre al apellido Pujol, se va a más de 3.000 millones de euros. En ninguno de estos particulares, el dinero fue a sanidad, educación, investigación o infraestructuras, sino a los bolsillos de personas que hicieron de la política su negocio privado. Una práctica a erradicar si España quiere ser un país creíble dentro y fuera de sus fronteras.
Lo último en Editoriales
-
Junts cierra la puerta a Sánchez y apuesta por el bloqueo legislativo
-
Para nobleza, la de Rafa Nadal y Jaime Alfonsín
-
Servida la batalla de la lengua para 2027
-
Hay que ser Cabezón para no darse cuenta de que lo de los «bulos» ya no cuela
-
Se lo están llevando crudo, pero no hay dinero para las dietas de los policías
Últimas noticias
-
Robles envía dos aviones del Ejército para evacuar a los españoles de Israel e Irán
-
Detenido en Palma por amenazar de muerte con una pistola a un joven por el impago de una deuda
-
Carlos Alcaraz – Rinderknech: horario y dónde ver en directo online y por TV en vivo el partido de cuartos de final de Queen’s
-
La UCO entra en Ferraz para clonar la cuenta de correo de Cerdán en el PSOE
-
No tendrás nada y no serás feliz