Opinión

La ‘bestia negra’ de Iglesias y la ‘marca blanca’ de Sánchez

Tras un embarazo de nueve meses recorriendo España «para escuchar a la ciudadanía» de la progenitora gestante, la criatura Sumar de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, vio finalmente la luz de manera oficial este domingo en el polideportivo Magariños. Realmente no ha tenido un embarazo tranquilo al haberse quedado sin poder incorporar como sumando a su «progenitor no gestante» Pablo Iglesias, quien a su vez la alumbró digitalmente a ella hace dos años al nombrarla su sucesora. Ha sido una ruptura traumática entre ambos, que ha convertido a Sumar en su bestia negra tras pasar a ser la marca blanca de Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales.

Como madrinas del bautizo civil de la nueva criatura asistieron diversas mujeres, todas ellas altamente empoderadas, por supuesto, ya que Yolanda Díaz afirmó que estaban «cansadas de tutelas» -obviamente machistas-, pues ella «no es de nadie». A todas las madrinas les dedicó cariñosas palabras de reconocimiento después de anunciar que quería ser la primera presidenta de España, citando orgullosa como ejemplo a Inmaculada Colau «por haber convertido Barcelona en un referente internacional». No precisó si por el exponencial incremento de la okupación con ella en la alcaldía. También tuvo palabras de elogio hacia los padrinos. Al ministro de Consumo Garzón le dedicó unas incomprensibles palabras -«Gracias por tu labor en el Gobierno»- pues desconocemos esa encomiable tarea gubernamental del líder de Izquierda Unida.

Había expectación por conocer el programa para conseguir su objetivo de convertirse en la sucesora de Sánchez en La Moncloa y nada menos que primera mujer en asumir tan elevada responsabilidad en la Historia de España. Se daba por supuesto que ese programa no sería el Manifiesto comunista de Marx y Engels de 1848, al que tan elogiosas palabras dedicó en el prólogo que escribió en 2021 para la edición conmemorativa del centenario del PCE, y no defraudó eludiéndolo en esta ocasión. No era un temor infundado, ya que ha militado en el PC a lo largo de toda su carrera política aunque, eso sí, bajo las diversas marcas con las que se han ocultado esas centenarias siglas desde la desaparición de la URSS y el desplome del Muro de Berlín, por querer emigrar los berlineses del paraíso comunista hacia Occidente y no al revés.

Esbozó algunas de las líneas de ese programa, de entre las que entresacamos las más sorprendentes:

En definitiva, un alumbramiento largamente anunciado y que no defraudó al entregado público asistente que llenaba Magariños, aunque faltaba su progenitor digital y no gestante, Pablo Iglesias, decepcionado del empoderamiento de Yolanda Díaz, tan poco agradecido y solidario para con él. Antes de dos meses, el 28-M, se verá lo que da de sí esta criatura.