Bajeza de miras e irresponsabilidad

Bajeza de miras e irresponsabilidad

Con la hueca solemnidad tan característica del personaje, Pedro Sánchez anuncia que acepta el encargo del Rey de formar Gobierno. Qué podría suceder si no. Es el único que por número de escaños y relación de fuerzas y vetos cruzados está en posición de hacerlo. Aún así, ante un paso que en esta fase es rutinario, Sánchez aprovecha para expresar su agradecimiento “al pueblo español” (sic). De traca.

Tras la farfulla institucional se esconde lo de siempre, es decir, el pacto de Sánchez con independentistas y Podemos, las fuerzas de las que dependerá toda su legislatura. Lo más probable es que logre sacar adelante su Gobierno en solitario; ello querrá decir –aunque los socialistas tratarán de venderlo como lo contrario– que deberá su viabilidad al apoyo de Torra, Junqueras y los proetarras de Bildu. Le darán su abstención, que ni mucho menos será gratuita, sino que implicará una cesión a sus intereses: indultos a golpistas presos, favorecer la Anschluss de Navarra y un sistema judicial de facto independiente para el País Vasco. En cuanto a Podemos, la estrategia de Sánchez es seguir succionando sus votos con políticas de inequívoco corte izquierdista. Iglesias no tendrá más remedio que apoyarle, y lo sabe. Peor aun sería para los morados ir a nuevas elecciones.

Opción esta, la de unos hipotéticos nuevos comicios en otoño, que no habría que descartar de plano… Si Sánchez saca su legislatura en solitario, punto para él. Y si no lo lograse, lo más probable es que en una nueva votación les propicie sendas buenas dentelladas a Podemos y Ciudadanos. Desde el punto de vista estratégico, todo perfecto. Pero desde el punto de vista de los intereses generales de España, todo de una bajeza de miras y de una irresponsabilidad notables.

 

 

 

 

 

 

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