Opinión

La ayuda del BCE no le saldrá gratis a Sánchez

El BCE ha celebrado una reunión de urgencia ante la evidencia de que, ante el fin de la compra de deuda por parte del organismo que preside Christine Lagarde, países como España o Italia están sufriendo incrementos notables en sus primas de riesgo. El BCE ha anunciado que dotará de flexibilidad la reinversión de la cartera de vencimientos del programa de compra de emergencia y dirigirá las reinversiones a la deuda que está más tensionada, entre ellas la española. En resumidas cuentas: que volverá a salir en auxilio de los países con más problemas para colocar su deuda en los mercados. Y es que cerrar el grifo de la ayuda del BCE en un momento en que los tipos empiezan a sufrir notables incrementos se ha traducido que España tiene que pagar mucho más para lograr que le compren su deuda. Ante esta situación, que afecta a otras naciones, el BCE ha decido cambiar de estrategia.

Ahora bien, y he aquí el problema: no será gratis, pues aunque aún no se hayan fijado las condiciones de este nuevo plan de rescate, lo que está claro es que habrá que cumplir con una serie de exigencias. Porque no se puede darle a la manivela del gasto público como si no hubiera mañana y ponerse a cobijo del BCE para que financie eternamente el dispendio. Por ahí le vienen los problemas a Pedro Sánchez: que tendrá que cumplir con las condiciones del BCE o arriesgarse a que la prima de riesgo española siga su escalada con el estropicio que eso supone para las ya de por sí deterioradas cuentas públicas.

De modo que el presidente del Gobierno tiene que elegir si aceptar la ayuda del BCE o arriesgarse a que España no pueda financiarse en los mercados. Porque lo que está meridianamente claro es que el Banco Central Europeo no está para dar cobertura a los incumplidores