Opinión

¿Se atreverán a destrozar lo que funciona?

La primera torpeza del Partido Socialista y sus socios sería acabar con la reforma laboral de Fátima Báñez. Destrozar uno de los grandes éxitos gestores del anterior Gobierno por el mero hecho de pertenecer al Partido Popular denotaría una estatura política a la altura del subsuelo y una visión política de alcance miope. A veces, poesía y números riman bien, de ahí que sea pertinente recordar el famoso poema corto del premio Nobel Juan Ramón Jiménez para ilustrar la situación: «¡No la toques más/ que así es la rosa!». ¿Se atreverán a eliminar lo que ha funcionado a pleno rendimiento?

La reforma laboral ha propiciado que España haya vuelto a los niveles de empleo anteriores a la crisis hasta conseguir una dinámica récord de más de 500.000 nuevos puestos de trabajo al año. El empleo ha sido precisamente el principal carburante que ha hecho que nuestro país se sitúe a la cabeza del crecimiento económico entre las principales potencias de la Unión Europa. Tan bien ha funcionado que el Gobierno tenía más que seguros los 20 millones de puestos de trabajo para 2020. Unos guarismos impensables hace sólo siete años y logrados en tiempo récord, más si tenemos en cuenta que el PP cogió un país desahuciado por la irresponsabilidad gestora del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Ahora, el Frente Popular que encabeza Pedro Sánchez pretende acabar con una de las principales claves para que España haya vuelto a ser referencia en materia económica. No se dan cuenta de que el mérito de Fátima Báñez, y por extensión de todo el Ejecutivo, fue precisamente conseguir la cuadratura del círculo al cumplir con las exigencias de Europa y, al mismo tiempo, lograr que nuestro país se convirtiera en la máquina más engrasada de todo el continente a la hora de crear empleo. Podrán criticarle otros aspectos al PP, pero justamente este, no. Si la irresponsabilidad y el sectarismo de los socios del PSOE acaban con este legado, no sólo nos enfrentarán a las entidades europeas, sino que además pondrán en grave peligro la prosperidad de España y confirmarán así que era mucho peor el remedio actual que la enfermedad pasada.