Opinión

Almeida, en la diana del sectarismo socialcomunista

La coalición Adelante Málaga (Podemos e IU, para entendernos) ha vuelto a hacer gala de ese sectarismo recalcitrante, inflado de odio ideológico, que tanto le caracteriza. Ha pedido -ahí es nada- que el Ayuntamiento declare persona non grata en Málaga al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, hasta que se elimine de la capital de España el nombre del buque asesino de miles de malagueñas y malagueños»: La calle del Crucero ‘Baleares’. La propuesta no salió adelante, pero contó con la abstención del PSOE que, como siempre, ha hecho de tonto útil del populismo más reaccionario. Para que luego digan que la derecha alimenta el discurso del odio. El argumento es surrealista, una oda al revanchismo y la venganza, porque los concejales de Adelante Málaga han defendido que hay que retirar del callejero madrileño la  «indigna» calle del Crucero ‘Baleares’, al considerar que es «un buque franquista que masacró a la población civil malagueña durante La Desbandá».

El Partido Socialista ha votado a favor de dos de los puntos de la moción, en los que se pide que el Ayuntamiento malagueño «exprese su disgusto, su dolor e indignación por el reciente homenaje efectuado al Crucero ‘Baleares’, el buque asesino que bombardeó a civiles que huían de Málaga a Almería acabando con la vida de miles de malagueños y malagueños, en su mayoría mujeres y niños, restituyendo su nombre en el callejero de esa ciudad».

El socialcomunismo es así: han hecho de la memoria histórica un instrumento de demolición del adversario político. Su inquina revela hasta qué punto han llevado su sectarismo a un extremo en el que cualquier cosa les vale -en este caso un crucero- para distorsionar y pervertir la historia. Pretender declarar persona non grata al alcalde de Madrid es delirante. La prueba del nueve de que son, por lo que representan y defienden, un auténtico peligro para la democracia. En cualquier país medianamente democrático, los «non gratos» serían ellos.