620.000 razones para convocar elecciones


Santos Cerdán, número 3 del PSOE, el fontanero mayor del Reino y ahora, presunto recaudador de comisiones ilegales. Lo típico en una democracia moderna: los altos cargos del partido en el gobierno que van coleccionando causas judiciales como cromos. ¿Hasta cuándo vamos a permitir esto?
Según la UCO, Cerdán no se andaba con chiquitas: 500.000 euros por aquí, otros 100.000 por allá… como el que hace cuentas en una servilleta del bar. Literalmente. Y todo esto, por supuesto, con un gusto exquisito para rodearse de compañías modélicas, como su compi Koldo García (ese asesor de confianza que ahora da más miedo que Hacienda en abril).
De Cerdán también hemos conocido hoy una joyita de 2014: «Mete las dos papeletas sin que te vea nadie». ¡Boom! Magia electoral cortesía del PSOE. Qué Primarias tan espontáneas, tan participativas, tan transparentes…
Mientras tanto, Pedro Sánchez, ese gran estratega del silencio, sigue convencido de que si no mira el incendio, el fuego se apaga solo. En lugar de poner orden, opta por la técnica milenaria del esto es cosa de otros. Lo que pasa en Ferraz, se queda en Ferraz. Como en Las Vegas, pero con menos glamour y más sobres.
Y el resto del Gobierno, calladito. Nadie dice nada. Ni una palabra. Ni una mísera mueca. Debe de ser que el nuevo código ético del PSOE consiste en no molestar mientras los tuyos están siendo investigados.
¿Y ahora qué? Pues elecciones, querido lector. Elecciones ya. Porque vamos a ser honestos: este Gobierno huele a cerrado. A desconfianza, a trinque institucionalizado, a democracia low cost. A comité ejecutivo que parece más una junta de accionistas de una trama corrupta que un órgano político serio.
Y sí, habrá quien diga que «ahora no toca» que «hay estabilidad», que «la legislatura está funcionando». Ya. Como un coche sin frenos bajando por una pendiente.
Lo único que puede regenerar esta charca institucional es una bocanada de urnas. Una limpieza general con escoba democrática. Elecciones generales, pero de las de verdad: sin papeletas clandestinas, sin fontaneros con maletines, y sin ministros cuyo entorno parece sacado de una serie de Netflix titulada El Ministerio del chanchullo.
Así que sí, señores del PSOE: salgan a dar la cara, suelten el poder con dignidad (si queda algo de eso) y déjennos a los ciudadanos decidir si queremos seguir gobernados por el club de los 620.000 o si preferimos algo más… legal.
Que hay cosas que se pueden maquillar. Pero lo de ahora no hay corrector de ojeras que lo tape.