¿Adiós a los vuelos baratos en la Unión Europea?

Francia aboga por acabar con los billetes de avión baratos en la Unión Europea para luchar contra la contaminación

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¿Adiós a los vuelos baratos? Esto es lo que el ministro francés de Transportes, Clément Beaune, pretende al declarar que sería deseable «la instauración de una tarifa mínima para los billetes de avión» en Europa con el fin de luchar contra el «dumping social y medioambiental».

Las declaraciones del responsable francés de transportes al diario L´Obs revelan que Francia propondrá en los próximos días a sus homólogos europeos que emitir «billetes de avión a 10 euros, en un momento de transición ecológica, no es posible, ya que no refleja el coste para el planeta».

Estas declaraciones ponen en el punto de mira a las políticas tarifarias de compañías de aviación low cost, ya que no cubren el coste real por pasaje y viaje en este medio de transporte que emite más gases de efecto invernadero que el tren, por ejemplo.

Tasar actividades contaminantes

«Asumo totalmente el tasar las actividades contaminantes para invertirlas en la transición ecológica en la que estamos sumidos» ha justificado Beaune, mientras que el gobierno francés cuenta ya con aumentar este tipo de impuestos de «solidaridad» a todos los vuelos que sobrevuelen el país galo con el fin de financiar inversiones en materia ferroviaria.

El ejecutivo francés también cuenta con la previsión de aplicar tasas en las autovías que se añadirían a las de los vuelos y deberán ser reflejadas en los presupuestos del estado de 2024.

La polémica arranca con un informe de Greenpeace Francia en el que se reflejaba que los precios de los billetes de tren eran muy superiores que los billetes de avión significando que el impacto ambiental de los vuelos comerciales es 100 veces superior al del tren.

Este anuncio tiene su precedente cuando Francia prohibió desde el pasado 24 de mayo los vuelos regulares cuando existiera una alternativa en tren de una duración de menos de dos horas y media. La medida se aplicó a los enlaces aéreos entre Nantes, Burdeos, Lyon y París-Orly. 

París -Barcelona ocho veces más caro

Como ejemplo, la organización ecologista ponía un trayecto en tren entre Barcelona y Londres que costaba 30 veces más que el avión, o que el viaje entre París y Valencia que eran 8 veces más caros que el avión.

Desde la asociación francesa Respire, se ha acogido esta medida contra los vuelos baratos como «una buena intención» pero se lamenta que este anuncio se haya hecho con pocos detalles en cuanto a su aplicación sin saber el montante económico final de la medida y cómo y a quién se aplicaría.

En contraposición los responsables de esta asociación han declarado que en temas que conciernen a la contaminación del aire, el tráfico aéreo contribuye poco con respecto a los desplazamientos en coche.

Fin a la contaminación en las ciudades

«El 53% de las emisiones de dioxido de carbono son debidas al transporte, mayoritariamente en coche, y que se impongan medidas a compañías aéreas cuando en paralelo se echan para atrás las regulaciones sobre las zonas de bajas emisiones». La entidad apuesta por atacar a todos los sectores y, sobre todo, «dar soluciones a la dependencia de los ciudadanos a los vehículos térmicos en las ciudades».

Esta propuesta sería una nuevo paso del país galo en su lucha contra el cambio climático en el sector de la aviación, ya que recientemente prohibió los vuelos regionales cuando existe una alternativa en tren de una duración de menos de dos horas y media, afectando a los enlaces aéreos entre Nantes, Burdeos, Lyon y París-Orly.

Medida absurda

En ese sentido, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), a través de su directo general, Willie Walsh, calificó la medida de eliminar los vuelos baratos «completamente absurda» y que «no sirve para nada».

Así, Walsh explicó que si se eliminaran todas las rutas de menos de 500 kilómetros en Europa, se suprimiría el 24% de los vuelos, pero, en cambio, las emisiones de CO2 caerían sólo un 3,84%, citando un informe de Eurocontrol.