Limpieza de ríos

Un estudio confirma que mantener cañas en los cauces de los ríos aumenta el riesgo de inundaciones

La presencia de las cañas americanas como especie invasora y sus consecuencias es analizada por la Agencia Catalana del Agua

La vegetación autóctona que rodea a los ríos está adaptada a las crecidas porque es flexible y robusta a la vez

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Tras las catastróficas inundaciones y riadas provocadas por la DANA en Valencia y en otras comunidades autónomas, surgió el debate de la conveniencia o no de mantener limpios los cauces de los ríos o barrancos como los del Poio.

Sin embargo, la presencia de especies invasoras como las cañas americanas en los cauces de los ríos no son precisamente un factor que aminora estas riadas, sino que las aumenta.

Desde el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) alertan que tras estos episodios climáticos extremos «han circulado algunas desinformaciones que aconsejan realizar más canalizaciones en cauces de los ríos y extraer la vegetación de sus cauces para prevenir las riadas».

En este sentido, el investigador de esta entidad, Pau Fortuño, aclara que «cuando las personas hablan de limpiar los cauces de los ríos hacen referencia a extraer su vegetación y esto es un error hidrológico y ecológico grave».

Vegetación adaptada

Fortuño añade que «la vegetación que rodea a los ríos está adaptada a las crecidas, porque es flexible y robusta a la vez, y hace de freno cuando hay avenidas. Es parte de su función natural. En cambio, si extraemos esta vegetación y empezamos a canalizar los ríos, el agua va cogiendo más y más velocidad a medida que desciende desde las cabeceras o la zona del temporal porque no encuentra ninguna fricción que la frene y, cuando encuentra una curva por dónde salir, los efectos son peores».

«Las canalizaciones de los ríos y las (mal llamadas) limpiezas de los cauces aumentan la velocidad del agua y, por tanto, su fuerza destructiva», asevera el biólogo catalán.

Desde el CREAF afirman que «precisamente, muchas veces los grandes males de una riada no vienen dados por la riada en sí misma, sino porque el agua toma grandes velocidades arrolladoras».

Rugosidad de los ríos

En este sentido, un estudio, fruto de la colaboración entre la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), ha determinado que la presencia de cañas aumenta el coeficiente de rugosidad de los ríos y reduce «drásticamente» su capacidad hidráulica, incrementando el riesgo de inundaciones.

El estudio se ha llevado a cabo en la estación depuradora de Montornès del Vallès (Barcelona), gestionada por el Consorci Besòs Tordera, y muestra que el coeficiente de rugosidad crece «hasta tres veces más que un bosque de ribera sano» cuando hay presencia de caña, en referencia a la presencia de esta planta acuática invasora.

Especie invasora

Esta colaboración ha permitido realizar estudios «exhaustivos» que han cuantificado el impacto de esta especie invasora en la capacidad hidráulica de los ríos y ramblas.

Precisamente, al ser la caña una especie invasora, no cumple una de las premisas que apuntaba anteriormente el biólogo del CREAF, la adaptabilidad de la vegetación autóctona a las crecidas.

El estudio ha analizado la densidad, altura y diámetro de la caña americana en zonas como el río Llobregat, en Cornellà de Llobregat. Estos datos deberían permitir el desarrollo de modelos hidráulicos más precisos que puedan predecir con exactitud el comportamiento de los ríos en condiciones de crecida.

Recreación del impacto de las cañas americanas en los cauces de los ríos. (Foto: ACA Aigua)

Mapas de riesgo

Los resultados de esta investigación están permitiendo a la ACA mejorar la precisión de los mapas de riesgo de inundación y de zonas peligrosas que elabora. Estos mapas son una herramienta fundamental para la planificación y gestión regional, ya que permiten identificar las zonas más vulnerables y priorizar las actuaciones necesarias para reducir los daños causados por las inundaciones.

La ACA realiza anualmente un programa integral de mantenimiento y conservación de cauces, explicando que, entre 2019 y 2024, se han realizado 1.320 actuaciones de mantenimiento y conservación de cauces (701 en tramos no urbanos y 619 en tramos urbanos), con una inversión total de más de 19 millones.

Para el periodo 2024-2025, la ACA tiene previstas cerca de 500 actuaciones de mantenimiento y conservación de cauces, con una inversión prevista de cerca de 8 millones de euros. Además, en los próximos años prevé una inversión de más de 7 millones de euros financiados con el Fondo Climático.