Detectan desde el espacio un ritmo menor de deforestación en la Amazonía brasileña

La tala de recursos naturales en la parte brasileña sigue a la baja y cae otro 31 % en el último año, la mayor caída porcentual en 15 años

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La deforestación en la Amazonía brasileña cayó un 30,6% entre agosto de 2023 y julio de 2024, después de que en el periodo anterior lo hiciera otro 22,3 % según ha informado el actual gobierno del país gracias a la observación desde el espacio.

Aunque parezca una buena noticia, se sigue deforestando, pero a un menor ritmo, con una superficie afectada por la tala que fue de 6.288 kilómetros cuadrados.

Menos deforestación

Lo «positivo» de este balance, es que la superficie supone el menor resultado de deforestación en la Amazonía en nueve años y representa una reducción frente a los 9.001 kilómetros cuadrados destruidos en el periodo anterior.

Las mediciones han sido llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) y forman parte del informe que la institución divulga anualmente a través del Proyecto de Monitoreo Satelital de la Deforestación en la Amazonía Legal (Prodes).

Retroceso del 45%

Si se suman los dos últimos resultados, que corresponden al primer mandato de Bolsonaro (2022) y al siguiente del presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2023), se registró un retroceso del 45,7 % en la tala y se salvaron 7.900 kilómetros cuadrados de selva.

Las autoridades brasileñas han informado de que la deforestación en la Amazonía ha caído un 30,6% en el último año, convirtiéndose en el período en el que la caída porcentual es mayor en los últimos 15 años.

Reducción de emisiones

En el Cerrado, como se conoce a la sabana tropical ubicada en el centro de Brasil, la tasa de deforestación para este período ha sido de 8.174 kilómetros cuadrados, la más baja desde 2019, lo que representa una disminución del 25,7 por ciento respecto al ciclo anterior.

Desde el Gobierno brasileño apuntan que se trata de la primera caída en esta zona después de un lustro de aumentos en un ecosistema que vive bajo la presión constante del sector agropecuario.

Como resultado de estos avances, se ha registrado una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 400,8 millones de toneladas de CO₂ y de la deforestación en la Amazonía y el Cerrado respecto al ciclo de 2021-2022.

Río Amazonas a su paso por territorio brasileño

Más control y sanciones

Según las autoridades, la caída registrada es el resultado «entre otras acciones» de la intensificación de aplicación de las normas medioambientales, de forma que con esta reducción también se ha reanudado la gobernanza medioambiental.

El Gobierno atribuyó la caída en la deforestación debido a la mano dura ejercida en la aplicación de las normas ambientales, con un aumento del 98% en las sanciones y embargos impuestos por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente a los infractores.

Protección de tierras indígenas

Así mismo, en estas labores de protección del pulmón del planeta también ha contribuido la aprobación y protección de las tierras indígenas, que fueron ampliadas en 8.100 kilómetros cuadrados, y las áreas de conservación, en 3.030 kilómetros cuadrados.

«Conseguimos resultados importantes el año pasado y este año, nuevamente, un resultado muy significativo. Una contribución para nosotros y para el mundo, en un contexto en el que el problema del cambio climático es una realidad abrumadora», ha declarado la ministra de Medioambiente, Marina Silva, en una rueda de prensa en la que ha citado fenómenos climáticos extremos como las inundaciones en España o las heladas en África.

Nuevos satélites

El Gobierno brasileño, además, mejoró este año la resolución de las imágenes satelitales usadas para monitorear la tala e incorporó tecnología de radar, que permite rastrear el territorio cuando el cielo está cubierto de nubes.

Además, para 2025 se tiene previsto el lanzamiento de dos satélites, los cubesat Golds-UFSC y Conasat-1 que serán los primeros satélites brasileños lanzados desde el centro de Alcântara, en Maranhão (MA).

Los satélites tendrán diferentes aplicaciones como la previsión meteorológica, estudios de corrientes y mareas oceánicas, química atmosférica, planificación agrícola, seguimiento de cuencas fluviales, datos fluviales y pluviométricos, seguimiento de rutas de barcos pesqueros, etc.