Emisiones de metano

Cazadores de metano: estos artefactos ya surcan los cielos para detectarlo en tiempo real

El metano es menos persistente en la atmósfera que el dióxido de carbono pero almacena más energía

Las actividades agrícolas y ganaderas son las principales fuentes de emisión de metano

Los dirigibles permiten identificar fugas de metano en alta resolución

Cuando hablamos del cambio climático, solemos poner el foco en las emisiones de dióxido de carbono, olvidándonos del metano, que es el segundo gas que más contribuye al calentamiento global, además de estar vinculado a la formación de ozono troposférico, un peligroso contaminante.

Se considera que el metano es responsable del 30% del incremento de la temperatura media que ha experimentado el planeta desde la revolución industrial. Porcentaje que podría ir a más, debido a que el gas se está liberando más rápidamente que en cualquier otro momento desde que se iniciaron los registros en los años ochenta.

Como explica la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el metano se comporta de una manera radicalmente diferente al dióxido de carbono en dos cuestiones críticas en relación con el efecto invernadero, como son la permanencia en la atmósfera y la capacidad para almacenar energía.

Vida atmosférica

Según los datos de la AIE, la vida atmosférica del metano es de unos 12 años, una cantidad insignificante si la comparamos con el dióxido de carbono, que puede permanecer en la atmósfera durante siglos. Es decir, el dióxido de carbono es mucho más persistente, aunque su poder calorífico resulte menor en comparación.

«Algunos consideran el impacto del metano durante un período de 20 años, con una tonelada de metano equivalente a 82-87 toneladas de CO₂. Otros miran su impacto durante un período de 100 años, con una tonelada de metano equivalente a alrededor de 30 toneladas de CO₂», añade la citada agencia.

Fuentes de emisión

Cuando se descompone una materia orgánica bajo ciertas condiciones ambientales (ausencia o escasez de oxígeno), se libera metano de forma natural. Sin embargo, las principales fuentes de emisión de metano se originan en actividades humanas, como las enumeradas a continuación:

Estratosfera

Detectar posibles emisiones de metano es precisamente el objetivo de la compañía norteamericana Sceye, que para ello ha puesto en marcha, en colaboración con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y el Departamento de Medioambiente de Nuevo México, un programa de HAPS (High Altitude Pseudo-Satellite, por sus siglas en inglés).

Hablamos de una especie de dirigibles capaces de situarse a 20 kilómetros de altura, en plena estratosfera, al límite del espacio y al doble de altitud que los aviones. Alimentados por energía solar por el día, y por baterías durante la noche, los HAPS pueden monitorear lo que hay en la superficie terrestre, como si de satélites se tratara.

Más precisos que los satélites

Con la diferencia de que estos dirigibles están diseñados para permanecer fijos en una posición cuando es necesario analizar alguna cuestión en detalle. En cambio, los satélites no lo tienen tan fácil, debido a su movimiento orbital.

Por otro lado, las imágenes que toman los dirigibles estratosféricos ofrecen mayor resolución. Además, el procesamiento de dichas imágenes y de los datos registrados por los sensores de infrarrojos, empleados para rastrear las emisiones de metano, también es mucho más ágil en comparación con los datos satelitales.

Dirigible en el hangar. (Foto:Prensa de Sceye).

Primeras detecciones

A mediados de junio, Sceye anunció la primera detección de emisiones de metano en tiempo real de sus HAPS, que han logrado identificar tanto a grandes emisores como fugas más pequeñas, a menudo pasadas por alto.

En palabras de Mikkel Vestergaard Frandsen, director ejecutivo y fundador de la compañía: «Las emisiones de metano son un factor clave del cambio climático y, por primera vez, podemos monitorearlas de forma continua y en tiempo real desde la estratosfera».

Menor tiempo de respuesta

«Estamos demostrando que el monitoreo constante y de alta resolución puede detectar lo que otros pasan por alto y reducir los tiempos de respuesta de meses a minutos», asegura el fundador de la compañía.

Este verano, Sceye lanzará la siguiente fase de su programa con la intención de situar los dirigibles en la estratosfera durante varias semanas o incluso meses. Las capacidades de imagen proporcionarán una resolución óptica de 10 centímetros y una infrarroja de 3 metros.

El sistema pasará del mapeo a la alerta en tiempo real, lo que permitirá respuestas más rápidas y específicas.