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Los expertos ponen el grito en el cielo: vacían al 99% un embalse extremeño para intentar acabar con un pez invasor chino

Un embalse extremeño, que cuenta con una capacidad de 52 hectómetros cúbicos, se encuentra hoy al 1,45% de su volumen. Una imagen insólita en pleno verano y en una cuenca donde la media de almacenamiento es del 61%. Esta drástica reducción responde a una decisión de un ente público que busca frenar la expansión de un pez invasor chino.

La operación comenzó en primavera y terminó en pleno mes de agosto del corriente año. El Ministerio para la Transición Ecológica sostiene que el vaciado es la vía más eficaz para recuperar especies autóctonas como el barbo, la boga del Guadiana o el calandino. Sin embargo, desde colectivos ecologistas se pone en duda tanto el diseño como la ejecución del plan.

¿Cuál es el embalse extremeño que fue vaciado para frenar a un pez invasor?

El embalse de Alcollarín, en Cáceres, fue vaciado casi en su totalidad. Así lo decidió la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), que busca frenar la expansión del pez invasor Pseudorasbora parva, originario de China.

Según la CHG, este pez invasor chino representa más del 95% de la población piscícola del embalse de Alcollarín. Esta especie no solo compite con los peces locales, sino que además puede portar un parásito intracelular capaz de inhibir la reproducción de otros ciprínidos.

Aunque hasta ahora no se ha detectado la presencia de este parásito en las muestras analizadas, el riesgo ha sido considerado suficientemente elevado como para justificar el vaciado.

El agua liberada se destinó en parte a regadío en las Vegas Bajas a través de Montijo. Previamente, se realizaron despesques y se instalaron pequeñas barreras aguas abajo. No obstante, vecinos y asociaciones denuncian que los trabajos no han sido suficientes para evitar efectos secundarios, como la dispersión del pez invasor hacia otros tramos del río.

Críticas por el vaciado del embalse de Alcollarín: «Un millón de euros para conseguir lo contrario»

El colectivo Ecologistas en Acción de Extremadura cuestiona que no hubiera alternativas. Señalan que el propio Ministerio contempla métodos como barreras, rescates selectivos, electropesca o actuaciones en fases. Para la organización, la eficacia depende de cómo se aplican esas medidas, algo que consideran no se respetó en este caso.

También rechazan la versión oficial de que no hubo una mortandad significativa. Aseguran que hay registros audiovisuales que muestran la aparición de peces muertos en grandes cantidades, además de molestias por olores. Asimismo, se preguntan por la trazabilidad del agua destinada al regadío y reclaman un informe detallado que garantice su calidad.

Las críticas no se limitan a los colectivos ecologistas. Paco Castañares, presidente de la Asociación Extremeña de Empresas Forestales y del Medio Ambiente, denunció en redes sociales que el vaciado ha provocado justo lo contrario de lo que se buscaba.

«El vaciado del embalse, en el que el Ministerio se ha gastado más de un millón de euros, según los habitantes de los pueblos vecinos, se ha hecho tan precipitadamente y tan mal, que ha provocado una nueva invasión de cientos de miles de ejemplares», señaló Castañares.

Peces muertos y olores en la zona

El vaciado ha dejado una imagen impactante: un pantano seco y cubierto de peces muertos. El aumento de las temperaturas durante el verano ha contribuido a que la situación sea más visible y a que los olores lleguen a las localidades cercanas. Vecinos de Alcollarín aseguran que, con los vientos del este y noreste, el hedor resulta insoportable.

El Ministerio para la Transición Ecológica reconoce que hubo una mortandad puntual de barbos durante el descenso del nivel del agua, aunque insiste en que previamente se realizaron despesques intensivos con barcos especializados.

En estos trabajos se habrían rescatado gran parte de las especies autóctonas, que representan en torno al 2% de la población total del embalse. Sin embargo, no se especifica en qué lugar fueron depositados estos ejemplares ni cómo se garantizará su reintroducción en el futuro.

Un debate sobre legalidad y eficacia de este método para erradicar al pez invasor chino

Vecinos y expertos recuerdan que la Ley de Conservación de la Naturaleza prohíbe métodos masivos y no selectivos para controlar poblaciones de fauna silvestre. Por ello, cuestionan si dejar seco un embalse entero no supone una vulneración directa de esta norma.

Desde el Ministerio se defiende que, sin esta intervención, resultaría imposible aprovechar el embalse para riego y otros usos previstos. Además, recuerdan que la especie invasora se introdujo en la zona en 2010, antes incluso de que la presa estuviera terminada, y que desde entonces se ha extendido por el Guadiana hasta la frontera con Portugal.

El proyecto, añaden, está avalado por un equipo multidisciplinar de especialistas y cuenta con las autorizaciones ambientales necesarias. Para los responsables, se trata de la única solución viable para controlar al pez invasor en una zona donde concentra su mayor densidad de población.