Pura vida
No eran lobos por corderos, desde el minuto cero no hubo rival. Costa Rica siempre estuvo lejos del balón tanto en defensa como en ataque. Los ticos, sin el cuero, perseguían sombras y con el balón se mostraban tan asustados que no daban cuatro pases ni en vertical ni en horizontal. Ese fue el rival pero, no por ello, el mérito es menor ya que España consiguió jugar, anotar y transmitir. Partido perfecto, imposible no sentir plenitud, pura vida.
No es la primera que juega contra un rival desajustado. Argentina tuvo un primer tiempo con viento a favor contra una Arabia que le dejó vía libre, pero ni jugó, anotó de penalti y ni por asomo transmitió. Ni una sonrisa, ni una muestra de orgullo o de carácter propio. Arabia mutó, Argentina se derrumbó para ejemplificar otra de las maravillas de España y es que los nuestros se olvidaron del marcador y de los egos para seguir jugando a lo mismo durante más de cien minutos. Hasta el final, Vamos España.
Se juega en campo contrario. Hay falso nueve con Asensio y falsos delanteros porque ni Olmo ni Ferran, por supuesto Asensio ejerció de mediapunta, fueron atacantes sino mediocampistas al uso. España sin nueve y sin delanteros, con rotación total arriba y con una continuidad en los movimientos diferencial por la sencillez del fútbol de Pedri – ¡vaya recital en la manija! – y de Busquets. Con ellos Gavi, el triángulo perfecto. Los nuestros, Pedri y Gavi, se suman a Musiala y Bellingham como galácticos de nueva generación. Estamos dentro.
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