El Rolls-Royce Wraith que quiso ser un barco

Rolls-Royce no tiene límites. Sus modelos son tan especiales y tan enfocados al lujo que cualquier extravagancia con ellos como protagonistas estará bien vista por los más adinerados. La última ha sido representada por Eddie Sotto, un importante diseñador estadounidense vicepresidente de diseño de Disney en su momento. Su modificación del Rolls-Royce Wraith inspirada en el mundo náutico no tiene comparación. Tampoco el hecho de ofrecer un jet privado a juego con el modelo por la módica cantidad de 83 millones de dólares.

Eddie Sotto no se ha puesto límites en su transformación del lujoso modelo británico, al que ha apellidado Regatta. A simple vista lo más llamativo es el contraste de colores en la carrocería. La decoración que observas en el capó, el techo y la parte trasera no es otra cosa que madera de caoba. Este mismo tono se añade a la parte interior de las manetas de las puertas y las llantas.

En el interior esta madera vuelve a ser la protagonista y lo cierto es que la sensación de estar a bordo de un barco es total. Pero si todavía no ves suficiente exclusividad en esta unidad te diremos que el brillo de la zona central del volante, las salidas de aire acondicionado y la parte intermedia del salpicadero se debe al diseño en oro y platino. Eddie Sotto ha tirado la «casa por la ventana». Fuera de toda duda queda la habitual calidad general de un Rolls-Royce, inigualable hoy en día por cualquier otro fabricante.

Y atento porque ahora viene lo importante. Un Rolls-Royce Wraith salido de fábrica sitúa la factura en unos 340.000 euros, pero claro este no es un modelo más. Disponer de un yate con ruedas como el Wraith Regatta incrementa el coste hasta los 700.000 euros. Y para aquellos a los que le parezca calderilla, por 83 millones de dólares (74 millones de euros) se llevan el lote completo que incluye un jet privado Embraer Lineage 1000E con la decoración a juego, faltaría más.