DGT

Un experto anticipa lo que va a ocurrir con los controles de la DGT con IA: pone los pelos de punta

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En los últimos años, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha demostrado un gran interés por la incorporación de la inteligencia artificial (IA) a sus sistemas de control en las carreteras. Para muchos expertos, esto supone un salto cualitativo en la forma en que se vigila la circulación y, sin lugar a dudas, marcará un antes y un después en la seguridad vial. Sin embargo, también despierta cierta desconfianza relacionadas con la privacidad y la libertad individual.

Hasta hace unos años, los controles de tráfico se basaban principalmente en la vigilancia de los agentes, el uso de radares y cámaras limitadas a funciones como captar el exceso de velocidad. Hoy en día, gracias a la llegada de la inteligencia artificial, los dispositivos pueden identificar comportamientos más complejos al volante.

El futuro de los controles de la DGT con la IA

En varias ciudades europeas, ya se están probando sistemas de vigilancia que, gracias a algoritmos avanzados, los cuales pueden reconocer si el conductor utiliza el teléfono móvil mientras conduce, si lleva puesto el cinturón de seguridad o incluso si incumple la normativa respecto a los sistemas de retención infantil. Más allá de registrar imágenes, estos equipos procesan la información en tiempo real, alertando automáticamente a las autoridades cuando detectan una infracción.

Los nuevos sistemas funcionan mediante cámaras de alta resolución, las cuales incorporan de lentes especiales, filtros y visión infrarroja, para capturar imágenes nítidas de vehículos y ocupantes tanto de día como de noche, e incluso en condiciones meteorológicas adversas.

Pero lo más interesante es el software que integran. Los programas de IA analizan los datos de forma continua y son capaces de discriminar entre conductas permitidas e infracciones, enviando únicamente las pruebas relevantes al centro de control de la DGT. Además, muchos de estos equipos funcionan con paneles solares, por lo que son autosuficientes. Esto facilita su instalación en distintos puntos de la red vial sin necesidad de una infraestructura eléctrica compleja.

Sociedad hipervigilada

Uno de los mayores temores que despiertan los dispositivos IA de la DGT es la creación de una sociedad hipervigilada, ya que esta tecnología, además de detectar infracciones, puede establecer patrones de comportamiento y rastrear la actividad de los conductores.

Cuando esta información se combina con los datos de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, el resultado puede ser una radiografía precisa de cada ciudadano. Para algunos, este nivel de control resulta incompatible con los principios de privacidad y libertad.

El artículo 1 de la Ley Orgánica 4/1997, de 4 de agosto, por la que se regula la utilización de videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos determina lo siguiente: «la presente Ley regula la utilización por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de videocámaras para grabar imágenes y sonidos en lugares públicos, abiertos o cerrados, y su posterior tratamiento, a fin de contribuir a asegurar la convivencia ciudadana, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos, así como de prevenir la comisión de delitos, faltas e infracciones relacionados con la seguridad pública».

El artículo 2 añade: «esta norma establece específicamente el régimen de garantías de los derechos fundamentales y libertades públicas de los ciudadanos que habrá de respetarse ineludiblemente en las sucesivas fases de autorización, grabación y uso de las imágenes y sonidos obtenidos conjuntamente por las videocámaras».

Esta ley se redactó en un contexto en el que la IA ni siquiera estaba en el horizonte, por lo que existe un vacío legislativo. Hay quienes lo consideran una ventaja, ya que permite avanzar en la implementación de nuevos sistemas para mejorar la seguridad vial. Sin embargo, para otros, supone un riesgo, ya que sin una regulación específica, se podrían dar abusos.

José Alberto España, Graduado en Derecho, Máster en Regulación Económica y Territorial y Máster en Abogacía y Doctor en Derecho con mención internacional y sobresaliente cum laude por la Universidad de Málaga, advierte de que la hipervigilancia podría ser un gran inconveniente porque se almacena una gran cantidad de información sensible. Esta «proliferación de sistemas de videocámaras inteligentes encierra un potencial peligro» y puede dar lugar a una especie de «gran hermano»», según recoge La Vanguardia.

Lo que parece indiscutible es que la inteligencia artificial seguirá ganando terreno en el ámbito vial, aunque todavía queda por ver cómo y bajo qué condiciones se aplicará. Los expertos reclaman una legislación específica que defina con claridad los límites en la recopilación y el uso de datos, los plazos de almacenamiento de la información y los mecanismos de supervisión independientes para evitar abusos. También sugieren que cualquier sanción basada en sistemas automatizados debería ser revisada por un agente humano, garantizando así el derecho a la defensa. El debate en torno a los nuevos controles de la DGT con IA refleja un dilema más amplio: ¿cómo equilibrar la seguridad colectiva con las libertades individuales?