el nuevo concept-car de la marca francesa

Así es el coche del futuro que propone Citroën y que está hecho con materiales reciclables

  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

¿En la década de los 90 nos imaginábamos los coches como los de ahora? Coches en lo que la tecnología y la conectividad han pasado a ser los grandes protagonistas dejando de lado otras características que hasta hace tan sólo unos años eran secundarias con un aumento de las ayudas a la conducción. Citroën presenta Oli [all-ë], su coche del futuro, un concept-car que oculta, tras un diseño sorprendente, un auténtico laboratorio de ideas para hacer realidad una movilidad eléctrica, versátil y divertida que mejore la vida de las personas con soluciones prácticas y sostenibles. Más allá de su estilo transgresor y de sus propuestas innovadoras, rompe con la tendencia de crear vehículos con vocación familiar cada vez más pesados, complejos y caros.

El Citroën Oli [all-ë] toma como base el actual Citroën Ami que podemos ver en nuestras calles y carreteras. Añade a las características de este objeto de movilidad un profundo trabajo de investigación en materia de tecnologías arquitectura y materiales, que lleva más allá los hallazgos de concept-cars como el Citroën C-Cactus, presentado en 2007.

Alargar la vida útil, optimizar el peso del vehículo, contribuir a la economía circular con materiales reciclados y lograr la máxima eficiencia han sido las grandes prioridades en el desarrollo del Citroën Oli [all-ë]. Este exigente pliego de condiciones tiene su mejor reflejo en la báscula, con un peso que no supera los 1.000 Kg, y en el cuentakilómetros, con un consumo de sólo 10 kWh que le permite alcanzar una autonomía de 400 Km y una velocidad máxima de 110 Km/h. También se han trabajado aspectos como la velocidad de carga de las baterías, que pueden pasar del 20% al 80% en tan sólo 23 minutos.

«Con el concept-car Oli [all-ë], Citroën vuelve a marcar el futuro del automóvil con un vehículo que, lejos de ser un simple ejercicio de estilo, abre la senda a innovaciones pensadas para solucionar los problemas del día a día. El Oli explora campos tan diversos como los materiales, la reciclabilidad y la eficiencia de la movilidad eléctrica aportando nuevas alternativas que podremos ver en próximos lanzamientos de la marca», ha declarado Vincent Cobée, director general de Citroën

Diseño único con materiales reciclados

La búsqueda de la eficiencia también ha influido en el diseño del Citroën Oli [all-ë] y de sus distintos elementos. En el diseño se han tenido en cuenta aspectos como el reciclaje, la personalización y la posibilidad de intercambiar componentes para lograr un aspecto único. Elementos como las puertas delanteras, los paragolpes y las molduras de protección son idénticos y están realizados en materiales de peso reducido. Esta estrategia tiene el mejor ejemplo en los paneles planos, realizados en cartón de nido de abeja, ubicados en el capó el techo y la zona de carga.

 

En el interior, se ha apostado por el máximo aprovechamiento del espacio. Los asientos de malla imitan el diseño y la ergonomía de las sillas de oficina, mientras que el suelo es fácilmente lavable. Un travesaño simétrico asume las funciones de salpicadero: de él cuelgan la columna de dirección y el volante y cuenta con un soporte para smartphones y cinco interruptores para sistema de climatización.

Cuenta con un riel electrificado en el que se pueden enchufar accesorios mediante tomas USB que se deslizan por él. Esto es ideal para alimentar a diferentes dispositivos o incluso para enchufar la cafetera mientras se espera a que los niños salgan del colegio.

Citroën Oli

Detrás y debajo del travesaño se encuentra el sofá fabricado con BASF Elastollan®, una plataforma de almacenamiento en poliuretano termoplástico (TPU) impreso en 3D y reciclable de color naranja brillante con unas ‘setas’ flexibles que mantienen en su sitio objetos como las tazas de café o las latas de refresco.