Cómo utilizar las pinzas para arrancar un coche sin batería

¿Te has quedado alguna vez sin batería? Seguro que muchos de los que estáis leyendo estas líneas respondéis afirmativamente. La solución, además de llamar a la grúa, claro, es la de tratar de arrancarlo con las famosas pinzas. ¿Sabrías llevar a cabo esta maniobra de forma exitosa y sin riesgo? Tanto si sí como si no, te recomendamos seguir leyendo este artículo, donde te vamos a dar los consejos más importantes a seguir.

Cosas a tener en cuenta antes de poner las pinzas

Comprueba que las dos baterías, la donante y la receptora, tengan el mismo voltaje. Además, ambos coches no deben tener ninguna parte de la carrocería en contacto, estando a su vez con el contacto apagado. Confirma también que están los frenos de mano puestos, para evitar que cualquiera de los coches se mueva mientras se transfiere la energía.

Los bornes, colocados correctamente

Las pinzas para este tipo de casos tienen dos cables, uno de ellos rojo y el otro negro. El rojo es el que debemos conectar en los bornes positivos de ambas baterías. En el caso del cable negro, debemos enganchar la pinza en el borne negativo de la batería llena, mientras que el otro extremo ha de colocarse sobre alguna zona metálica de la carrocería o chasis del coche descargado. Es vital cerciorarse de que no existe ningún contacto con ningún cable para evitar una desgracia.

El proceso de recarga

Realizado todo lo dicho hasta ahora, es hora de arrancar el motor del coche que tiene la batería donante, acelerando suavemente durante un par de minutos aproximadamente. Llegado este momento, dejaremos de acelerar y apagaremos el coche. Será entonces cuando nos subamos al vehículo receptor, arrancándolo -si no lo hace tras varios intentos, hay que sustituir irremediablemente la batería- y dejándolo un rato en marcha para que vaya recargándose. Pasado un tiempo prudencial, apágalo, y procede a retirar las pinzas en orden inverso a como las has colocado, evitando siempre que éstas toquen cualquier parte metálica.

No se trata, como ves, de una operación especialmente complicada, pero sí de una que puede provocar algún incidente en el caso de no hacerla con seguridad. Si tienes cualquier duda o temor, mejor que llames a la grúa, que te atenderán con la garantía que da cualquier profesional.