El truco de una experta para que tu perro deje de tirar de la correa cuando pasea
Salir a pasear con tu perro debería ser uno de los mejores momentos del día para ambos. Sin embargo, muchas veces esos paseos se convierten en una lucha constante en la que el animal tira con fuerza de la correa, poniendo en riesgo su bienestar y el tuyo. Por eso, aprender a manejar la correa y enseñarle a tu perro a caminar junto a ti sin tirar es fundamental para una convivencia armoniosa.
Una experta en el cuidado canino, la veterinaria Katrina Warren, en colaboración con Guide Dogs NSW/ACT, ha desarrollado un programa gratuito que ofrece técnicas para que los dueños puedan mejorar la experiencia de pasear con sus mascotas. Este curso hace especial hincapié en el uso de métodos positivos para modificar comportamientos y lograr que el paseo sea un momento placentero y relajado.
Cómo lograr que tu perro no tire de la correa
El problema de que un perro tire de la correa durante el paseo es más habitual de lo que parece, pero pocas personas saben que esta conducta puede traer consecuencias negativas a largo plazo. Cuando el perro tira con fuerza, puede sufrir daños en su cuello, garganta o incluso en la columna vertebral. Además, este comportamiento puede generar estrés y ansiedad en el animal, que siente que debe «luchar» contra la correa para explorar su entorno.
Para el dueño, la situación también es muy incómoda. El esfuerzo de sujetar una correa tensa constantemente puede provocar dolores en las manos, brazos o espalda, e incluso accidentes si el perro tira bruscamente. Por esta razón, lograr que el perro camine tranquilo y sin tirar es fundamental para que ambos estén seguros y tranquilos durante el paseo.
Refuerzo positivo
Uno de los trucos más recomendados por la veterinaria Katrina Warren es el uso del refuerzo positivo a través de pequeñas recompensas durante el paseo. La idea es convertirte en la «recompensa» más interesante para tu perro, de manera que prefiera mantenerse a tu lado y te preste atención a ti en lugar de distraerse y tirar de la correa.
Para empezar, puedes usar una cuchara de madera untada con mantequilla de cacahuete (asegúrate de que no contenga xilitol, que es tóxico para los perros). Antes de salir, coloca la mantequilla sobre la cuchara y, mientras caminas, cada vez que el perro camine junto a ti sin tirar, ofrécele un pequeño lametón de la cuchara. Este gesto no sólo le resulta muy atractivo y sabroso, sino que también lo asocia con estar cerca de ti y seguir tus indicaciones.
El refuerzo con mantequilla de cacahuete sólo es el primer paso. Con el tiempo, la idea es ir sustituyendo esa recompensa por golosinas o snacks más tradicionales que puedas llevar contigo durante el paseo. A medida que tu perro vaya entendiendo que estar a tu lado es positivo, también puedes reducir gradualmente la frecuencia y cantidad de las recompensas, hasta que camine tranquilamente sin necesidad de incentivos constantes.
Este sistema de refuerzo positivo también establece una base sólida para enseñarle otras órdenes y comportamientos. Al asociar la obediencia con una experiencia agradable y recompensas, el perro estará más motivado para seguir tus indicaciones en distintas situaciones.
Paciencia y repetición constante
Un aspecto fundamental para que este método tenga éxito es la paciencia y la repetición constante. Los perros no aprenden de un día para otro; necesitan tiempo para entender qué se espera de ellos y para cambiar su conducta habitual. Por ello, es importante ser constante y coherente en cada paseo, sin ceder a la tentación de dejar que el perro tire «sólo esta vez» o perder la calma.
Además, cada perro es un mundo. Algunos pueden aprender rápido, mientras que otros necesitan más tiempo y estímulos. Lo importante es mantener una actitud positiva y evitar castigos o regaños, que únicamente generan miedo o confusión y empeoran el comportamiento.
Es importante también aprender a reconocer cuándo el perro se siente incómodo o estresado durante el paseo. Algunos signos comunes incluyen jadeo excesivo, orejas hacia atrás, cola baja, intentar escaparse o morder la correa. Cuando detectes estas señales, es mejor detener el paseo y calmar al perro antes de continuar, para evitar que se asocie la salida con una experiencia negativa.
Pasear a un perro sin que tire de la correa es posible y puede transformar la experiencia para ambos, haciendo que cada salida sea un momento de disfrute. Gracias a técnicas basadas en el refuerzo positivo, como la recompensa con mantequilla de cacahuete, la paciencia y la constancia, puedes enseñar a tu mascota a caminar tranquilo y atento a tu lado.
Recuerda que cada perro es diferente y necesita su tiempo para aprender, así que sé amable y mantén una actitud positiva durante todo el proceso. De esta forma, mejorarás la calidad de los paseos y fortalecerás el lazo que te une con tu mejor amigo.
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