El perro de mi vecino no deja de ladrar, ¿qué puedo hacer?
Se trata de una situación que se produce en muchos lugares, con perros ladrando en la noche. La pregunta es, ¿qué debo hacer si el perro de mi vecino no deja de ladrar?
Lamentablemente muchas personas tienen que convivir con esta situación, el incómodo escenario en donde el perro de un vecino no deja de ladrar. Lo ideal es encontrar una solución amistosa a este conflicto, sin que se convierta en un foco de perturbación a largo plazo para la vida en comunidad. La mayoría de las veces el problema se resuelve sin que se genere enemistad entre involucrados y afectados. Pero en ocasiones toca tomar medidas extremas.
La primera medida a tomar es hablar con el dueño del can. Es probable que no esté enterado de lo que ocurre o no haya asumido que la acción de su mascota está perturbando a otras personas. Puede que sí esté consciente que el comportamiento del animal necesita ser corregido y se encuentre trabajando en conseguirlo.
¿Por qué el perro de mi vecino no deja de ladrar?
Hay que determinar la causa de este comportamiento, sin olvidar que para los canes ladrar es un asunto vital. Constituye su principal forma de comunicación y en ocasiones, su vida depende de ello.
Los perros son animales muy territoriales suelen mostrar esta característica. “Alzan la voz” para advertir a cualquier intruso que se aleje de sus dominios y de su familia. Lo mismo ocurre con los ejemplares nerviosos. Cualquier factor externo (personas, otras mascotas, vehículos y hasta objetos inanimados) lo toman como una amenaza.
Este también suele ser un rasgo característico de los canes que sufren de ansiedad por separación. Los perros son seres sociales, que disfrutan de la compañía de sus dueños y en casi la mayoría de los casos, no soportan estar demasiado tiempo solos. Además de los ladridos, los cuadrúpedos que atraviesan estos cuadros muestran otros síntomas como impulsos destructivos o defecar y orinar fuera de las zonas permitidas.
¿Cómo proceder?
Como ya se mencionó con anterioridad, los vecinos que se sientan perjudicados de alguna forma lo primero que deben hacer es hablar con el dueño de la mascota. Con la mejor de las intenciones y sin que el diálogo se convierta en una queja como tal. Es importante tener paciencia. Esta es una conducta que puede demandar varios meses antes de que se empiecen a percibir cambios.
Cuando por parte del infractor, el propietario del animal, no se aprecia el menor interés en solucionar el problema, habrá que actuar de otra forma. Una denuncia ante el ayuntamiento, policía local o guardia civil, será el siguiente paso. Y si todavía no hay solución, se puede interponer una demanda judicial.
Un perro que no deja de ladrar es una situación incómoda, tanto para el responsable del can, como para quienes están alrededor. Si tienes un perro que ladra demasiado y no sabes qué hacer, busca la ayuda de un adiestrador profesional. Tus vecinos te lo agradecerán.
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