¿Se parecen realmente los perros a sus dueños? Sí y la razón es muy seria

Un estudio reciente liderado por William J. Chopik, psicólogo social de la Universidad del Estado de Míchigan, revela que los perros no sólo se parecen físicamente a sus dueños, sino que también comparten rasgos de personalidad. Evaluando a 1.681 dueños y sus perros mediante una serie de cuestionarios, Chopik encontró que las personalidades de los perros reflejan las de sus dueños. Por ejemplo, los dueños serios reportan perros más receptivos al adiestramiento, mientras que los dueños neuróticos describen perros más asustadizos. A pesar de depender de las observaciones de los dueños, estudios similares muestran que conocidos también pueden evaluar correctamente la personalidad de un perro, sugiriendo que no hay un sesgo significativo en la percepción de los dueños.

Chopik propone que estas similitudes se deben tanto a la elección inicial del perro como a la influencia continua del dueño. La gente tiende a escoger perros que se adapten a su estilo de vida y, a través de la convivencia y el adiestramiento, los perros desarrollan comportamientos que reflejan los de sus dueños. Zazie Todd, experta en comportamiento animal, señala que aunque los cinco rasgos principales de personalidad humana no coinciden exactamente con los factores de personalidad canina, existen correlaciones significativas entre ellos. Las futuras investigaciones podrían explorar más a fondo si es la personalidad del dueño la que moldea al perro o viceversa.

La razón por la que los perros se parecen a sus dueño

Los perros han evolucionado durante miles de años desde su estado salvaje hasta convertirse en mascotas domesticadas. Esta evolución ha llevado a que los perros desarrollen habilidades humanas como la empatía y la interpretación de emociones complejas, lo que ha propiciado teorías sobre la semejanza física entre perros y sus dueños.

Un estudio publicado en la revista Psychological Science, dirigido por Nicholas Christenfeld y Michael Roy, demostró que los perros tienden a parecerse a sus dueños. Este fenómeno se debe a la selección y socialización: las personas eligen mascotas que se adapten a su estilo de vida y, con el tiempo, la convivencia influye en la personalidad del perro.

La vida en sociedad de las personas también afecta al comportamiento de los perros. Por ejemplo, un dueño extrovertido tendrá un perro más sociable, mientras que un entorno nervioso puede hacer que el perro sea más desconfiado. Los perros criados desde cachorros suelen adquirir hábitos similares a los de sus dueños, como horarios de sueño y alimentación.

Los perros son capaces de imitar a sus dueños debido a su cerebro desarrollado, que les permite interpretar y reaccionar a las emociones humanas. Sylvia Arrau, de la Universidad del Pacífico, Chile, y Patricia Lösche, psicóloga alemana, explican que los perros responden al comportamiento humano y buscan mantener su lugar en la comunidad familiar.

Además, los perros se han especializado en leer a las personas, como explica la bióloga suiza Stefanie Riemer. Aunque no se ha demostrado que los perros simulen deliberadamente comportamientos para captar atención, muchos parecen saber cómo hacerlo, como inclinar la cabeza.

Estudio

Dicen que cuanto más tiempo pasas con una persona, más te acabas pareciendo a ella. Pero, ¿qué pasa si con quien más tiempo compartes es con tu perro?

Algunos aseguran que ocurre lo mismo y para probarlo basta con observar a las parejas de dueños y perros en un parque. Katrina Holland, investigadora del equipo de comportamiento humano de Dogs Trust en el Reino Unido, explica que, aunque no es universal, existe evidencia de que los perros de raza pura y sus dueños tienden a parecerse entre sí.

En este contexto, varios estudios han demostrado que las personas pueden adivinar el perro que tiene otra persona sólo con fotos, basándose en factores como la apariencia física. Un experimento mostró que los participantes podían emparejar correctamente perros y dueños reales viendo sólo la zona de los ojos.

Sin embargo, cuando se tapaban los ojos, la tasa de éxito se reducía al 50%. Un estudio de 2004 descubrió que el tiempo que una persona lleva con su perro no influye en la semejanza entre ellos. En realidad, desde el inicio, las personas tienden a elegir perros que ya se parecen a ellos.

Holland sugiere que el «efecto de mera exposición», donde las personas prefieren elementos familiares, podría explicar por qué preferimos perros que se parecen a nosotros. Similar a cómo una canción puede gustarnos después de escucharla repetidamente, ver nuestra cara constantemente nos lleva a preferir caras que se parecen a la nuestra, incluso en perros. Además, un estudio reciente indica que los perros y sus dueños se parecen en las «cinco grandes» dimensiones de la personalidad: extroversión, amabilidad, apertura, escrupulosidad y neuroticismo.

Sin embargo, Holland enfatiza que hay mucho más a considerar al elegir una mascota que su parecido con nosotros. Tomarse el tiempo para considerar todos los aspectos de tener un perro y estar preparado es crucial para establecer una relación armoniosa con la nueva mascota.