Esto es lo que le puede ocurrir a tu gato si le das una aspirina
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Si crees que tu gato está enfermo o sufre alguna dolencia, quizá te parezca una buena solución darle una aspirina, pero no lo es. Más bien todo lo contrario. Medicar a tu mascota por tu cuenta es algo que no debes hacer bajo ningún concepto ya que la aspirina es tóxica para los gatos, y puede provocar problemas renales y gastrointestinales, así como hemorragias internas.
Según el registro del Centro contra el Veneno de Animales, las intoxicaciones por medicamentos para humanos es una de las principales causas de envenenamiento de gatos más común. Si tu mascota ingiere por accidente o porque tú se la has dado por tu cuenta una aspirina, la situación se puede complicar en cuestión de horas.
La veterinaria Mercedes González explica lo siguiente: «Es relativamente habitual que un propietario tenga la tentación de darle a su mascota fármacos para personas con el fin de ahorrarse la visita al veterinario. Si yo, cuando tengo fiebre, me tomo esta medicina, cuando el perro o gato tenga fiebre, le ofreceré la misma», según recoge la revista ‘Consumer’.
El peligro de la aspirina para el gato
La toxicidad de una sola aspirina, si el animal no recibe asistencia veterinaria de manera inmediata, puede provocar problema gastrointestinales y renales severos. Este medicamento funciona a modo de inhibidor de una enzima ciclooxigenasa, reduciendo la fiebre y el dolor.
Sin embargo, esta enzima también se ocupa de funciones que son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, como garantizar el flujo sanguíneo en los riñones o producir la capa mucosa que protege el aparato digestivo.
El problema es que los gatos no pueden eliminar las sustancias presentes en la aspirina a la misma velocidad ni con la misma eficacia que lo hacemos los humanos. Por este motivo, la aspirina produce en ellos síntomas tales como diarrea, vómitos, pérdida de apetito, hemorragias y daños severos en el hígado.
El efecto secundario más frecuente de la toxicidad de la aspirina es la irritación del estómago. En los casos más leves, puede provocar vómitos y, en los más graves, perforar el estómago y causar vómitos con sangre. La aspirina también afecta a las plaquetas sanguíneas.
Teniendo todo esto en cuenta, queda claro que nunca debes darle a tu gato una aspirina, ni siquiera en pequeñas cantidades. En casa, guarda los medicamentos a buen resguardo y, a la hora de tomarlos, asegúrate de que no se te cae ningún comprimido al suelo.
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