Mascotas
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Cuidado con los juguetes y latas que le das a tu perro: si llevan este componente podría dañar su salud

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El bisfenol A (BPA) es un químico utilizado en la fabricación de plásticos, presente en numerosos productos cotidianos. Un estudio de la Universidad de Missouri publicado en 2017 revela que la comida enlatada para perros, incluso a corto plazo, incrementa significativamente los niveles de BPA en la sangre de los animales. Este químico puede imitar hormonas y causar problemas de salud como trastornos reproductivos, enfermedades cardiovasculares, y alteraciones metabólicas y neurológicas tanto en humanos como en mascotas. En el estudio, 14 perros fueron alimentados con comida enlatada durante dos semanas, resultando en un aumento triple de BPA en su sangre, incluso en alimentos que afirmaban ser libres de este compuesto.

Además, se observaron cambios en el microbioma intestinal y en el metabolismo de los perros. Esto sugiere que el BPA afecta la salud intestinal y podría eliminar bacterias beneficiosas. Para evitar estos riesgos, se recomienda optar por dietas de alimentos frescos y usar tazones de acero inoxidable, vidrio o cerámica, evitando el plástico. Es fundamental que los dueños de mascotas sean conscientes de los riesgos asociados con el BPA en la comida enlatada y tomen medidas para minimizar la exposición de sus animales a este químico.

El componente más peligroso para la salud de los perros

El bisfenol A (BPA) es un compuesto muy utilizado en la fabricación de plásticos duros y latas. Durante décadas, se ha demostrado que puede ser perjudicial para la salud, ya que al entrar en contacto con alimentos o saliva puede causar disrupciones hormonales en humanos y animales. Por esta razón, muchos países, incluido España, han impuesto estrictas regulaciones para limitar su uso en productos destinados a personas.

Sin embargo, a pesar de estas regulaciones, el BPA sigue presente en juguetes y latas de comida para mascotas en niveles que pueden ser perjudiciales para la salud de los animales. Aunque se ha limitado su uso en productos para humanos, la cantidad de BPA en productos para mascotas puede causar graves problemas de salud.

Un estudio realizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. investigó cómo el cambio de comida seca a comida húmeda enlatada, que contenía BPA, afectaba a 14 perros. Después del cambio de dieta, los niveles de BPA en estos perros se triplicaron.

El estudio confirmó que el BPA está estrechamente relacionado con la obesidad en perros. Al masticar juguetes que contienen BPA, éste se libera en la saliva y altera ciertos receptores genéticos, promoviendo la creación de más células grasas. Además, se observó que el BPA afecta el microbioma intestinal de los perros, causando problemas gastrointestinales, inmunológicos y neurológicos, y aumentando el riesgo de ciertos cánceres.

El impacto es más significativo en perros jóvenes, que pasan mucho tiempo masticando debido al crecimiento de sus dientes. Además, las alteraciones del sistema endocrino son especialmente notorias en animales que aún no han alcanzado la madurez sexual.

Uno de los principales riesgos del BPA es su capacidad para alterar el sistema endocrino, lo que puede conducir a la obesidad. Las mascotas, especialmente los perros, están en riesgo ya que pasan mucho tiempo masticando sus juguetes, exponiéndose regularmente al BPA. Otros problemas de salud relacionados con este químico incluyen infertilidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Cada país establece el nivel «seguro» de BPA permitido en productos. En España, este límite es de 0,1 miligramos por metro cúbico del producto final. Sin embargo, estas regulaciones no se aplican a los juguetes importados.

En respuesta a estos riesgos, muchos fabricantes de juguetes para perros están optando por materiales que no contienen BPA, como madera o felpa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, aunque el material exterior de los juguetes pueda ser seguro, el relleno de peluches, especialmente aquellos que emiten sonido al ser apretados, puede seguir conteniendo BPA.

Otros materiales que son tóxicos

El plomo es una toxina bien conocida, presente en algunas pinturas. Masticar juguetes que contengan plomo puede ser extremadamente peligroso, ya que puede provocar intoxicación y graves problemas gastrointestinales. Aunque el uso de plomo se ha reducido en muchos productos, aún puede encontrarse en ciertos artículos comunes para mascotas, como pelotas de tenis y platos de cerámica.

El bromo es un elemento químico usado como retardante de fuego en espumas para muebles, incluidas las camas de perros. Los niveles tóxicos de bromo pueden causar malestar estomacal, vómitos, estreñimiento, pérdida de apetito, pancreatitis, espasmos musculares y temblores.

El PVC, conocido comúnmente como vinilo, se utiliza en la fabricación de diversos juguetes debido a su durabilidad y resistencia. Sin embargo, el PVC es inherentemente duro, por lo que se añaden químicos para hacerlo más suave y flexible. Estos aditivos pueden liberarse cuando el perro mastica el juguete, presentando un riesgo potencialmente tóxico. El PVC también contiene cloro, que puede generar dioxinas al descomponerse. Las dioxinas son contaminantes peligrosos asociados con el cáncer y el daño al sistema inmunológico.