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Cuáles son los primeros síntomas de la hepatitis canina

La hepatitis canina es una enfermedad muy contagiosa

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La hepatitis canina es una enfermedad infecciosa muy contagiosa, cuyos síntomas se presentan en una fase avanzada. Siempre y cuando cumplamos el calendario de vacunación de nuestras mascotas, el riesgo de que la sufran es muy bajo, aunque de vez en cuando suelen surgir brotes.

Tras la exposición al virus, éste invade todos los tejidos corporales del animal. El perro lo libera en sus heces, orina y saliva, de ahí que el riesgo de contagio sea tan alto. La infección se puede extender a otros perros y, aunque al principio es de carácter leve, a largo plazo puede afectar a los riñones y el hígado.

Si la hepatitis es crónica, el sistema hepático del can está inflamado. La enfermedad no tiene cura, pero se administra un tratamiento para evitar que la inflamación progrese y produzca una necrosis o una cirrosis.

Existe además la posibilidad de que el perro sufra lo que se conoce como hepatitis autoinmune. En este caso, es su propio sistema inmune el que ataca a las células del hígado, dando lugar a síntomas como la inflamación.

Una vez el perro ha comenzado su tratamiento, el virus puede seguir presente en sus secreciones corporales hasta nueve meses después.

Síntomas de la hepatitis canina

Una vez se contagian de hepatitis, los perros presentan los primeros síntomas pasados unos pocos días. Una de las señales de alerta es el aumento súbito de la temperatura corporal hasta 41 grados. Además, es frecuente que los peludos vomiten sangre y tengan diarrea sanguinolenta. Debido a la inflamación del hígado, suelen tener el vientre encogido.

Una de las formas más rápidas de saber que un perro puede tener hepatitis infecciosa es mirarle la zona del blanco de los ojos. Al igual que nos ocurre a los humanos cuando sufrimos un problema hepático, se vuelve amarilla. Hay algunos canes que presentan lo que se conoce popularmente como ojo azul. No, el ojo no se vuelve de color azul, sino que la córnea está mucho más opaca de lo normal.

Los síntomas de la hepatitis canina no se dan sólo a nivel físico, sino que el comportamiento de los peludos también se ve alterado. Tienden a mostrarse agresivos o depresivos y suelen colocarse de pie.

Uno de los grandes problemas que presenta esta enfermedad es que cuando aparecen los primeros síntomas ya está en una fase muy avanzada. Hay que acudir urgentemente al veterinario para reducir el riesgo de posibles complicaciones.