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La Plaza de Colón de Madrid tiene los días contados: el cambio que empieza a partir de este día

La Plaza de Colón parece que se prepara para un cambio, que además no será un simple lavado de cara o una reforma sin más, sino que el alcalde José María Almeida ya ha anunciado que se trata de una transformación profunda, que si todo sale según lo previsto, llegará antes de lo que muchos imaginan dado que, en un momento en el que la ciudad encadena grandes proyectos y reordena algunos de sus ejes principales, Colón se convierte en la pieza que falta para completar un nuevo paisaje urbano que avance hacia una capital renovada y mejor conectada.

En los últimos meses, el Ayuntamiento ha insistido en que el futuro de este enclave no puede improvisarse. La designación del Paisaje de la Luz como Patrimonio Mundial ha elevado aún más el nivel de exigencia sobre todo el eje que une el norte y el sur de la ciudad, especialmente pensando en lo que supondrá Madrid Nuevo Norte y el cierre de los desarrollos del sureste. La plaza, en este contexto, ya no es sólo una rotonda monumental, se convierte en un punto estratégico para la movilidad, el tráfico, el turismo y la continuidad urbanística que quiere desarrollar la ciudad. De este modo, a partir del mes de enero, el Ayuntamiento prevé arrancar la fase clave del proceso: un concurso de ideas junto al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Ese será el primer paso oficial hacia una reforma que todavía no tiene plano definitivo, pero que ya está marcada como una prioridad dentro de la agenda municipal para los próximos años.

La Plaza de Colón de Madrid tiene los días contados

La Plaza de Colón ha sido históricamente uno de los nudos de movilidad más complejos del centro y, a la vez, un espacio público con enorme potencial. El alcalde ha explicado que, con todos los cambios que se están produciendo en Madrid, este entorno requiere «darle una vuelta más pronto que tarde». No se trata solo de embellecer, sino de adaptar el enclave a un modelo de ciudad que aspira a ser más armonioso, más transitable y mejor ordenado.

El impulso del Paisaje de la Luz como eje fundamental de la capital ha reactivado esta reflexión. Las transformaciones en Prado-Recoletos, la llegada futura de Madrid Nuevo Norte y la intención de culminar la conexión norte-sur obligan a que la Plaza de Colón se convierta en un espacio que se pueda integrar en ese nuevo esquema. El Ayuntamiento apuesta por una mejora del espacio público, más accesibilidad y una revisión de las infraestructuras que rodean la plaza para que funcionen de forma más equilibrada.

El mensaje municipal es claro: Colón no puede quedarse atrás mientras todo el entorno evoluciona. Y aunque hay propuestas de otros partidos que plantean cambios drásticos, como reducir de manera notable los carriles del Paseo del Prado, el Ayuntamiento ya ha descartado cualquier idea que comprometa la movilidad general del eje.

Unas obras que comenzarán en enero

El punto de inflexión llegará con el concurso de ideas que Ayuntamiento y COAM comenzarán a trabajar en enero y que va a consistir en el mismo modelo de colaboración que ya ha dado buenos resultados en otros proyectos, desde la biblioteca de Butarque hasta la renovación del ámbito Mahou-Calderón. En esta ocasión, el objetivo es obtener propuestas que permitan replantear la plaza con una visión a largo plazo y con la participación de diferentes equipos de arquitectura.

La intención del alcalde es que este proceso marque el comienzo de una transformación real. Ha destacado que Colón es una prioridad tanto por su valor simbólico como por la necesidad de modernizar las infraestructuras que la rodean. El espacio, para él, representa uno de esos lugares clave que una capital «inacabada», como ha descrito Madrid, debe completar para lograr coherencia entre sus grandes zonas de tránsito, cultura y actividad urbana.

De este concurso saldrán las bases del futuro diseño: cómo ordenar el tráfico, qué espacios peatonales se pueden ampliar, cómo integrar mejor los elementos existentes o qué tipo de usos podrían potenciarse para que la plaza sea menos un punto de paso y más un lugar de estancia.

Qué modelo de plaza se descarta por completo

El debate sobre cómo debe transformarse este eje ha dejado también descartes importantes. El alcalde ya ha señalado que eliminar la mitad de los carriles entre Cibeles y Atocha es inviable, al menos dentro de su planteamiento de ciudad. Considera que el Paseo del Prado y su entorno no pueden permitirse una reducción tan drástica de capacidad vial, especialmente teniendo en cuenta la carga de tráfico que soportan a diario.

Y en definitiva, este punto es relevante porque marca el marco del proyecto: la reforma de Colón no pasará por suprimir la movilidad, sino por reorganizarla de forma más eficiente. Así, el Ayuntamiento apuesta por mejorar, no por reducir, garantizando que el eje continúe funcionando como una arteria esencial, a la vez que se busca una plaza más ordenada, más cómoda y mejor integrada con los grandes espacios culturales y monumentales que la rodean.