Madrid
Incendio en Madrid

Milagro en Burrolandia: el instinto de los animales los salvó del incendio de Tres Cantos

La tragedia pudo haber llegado a Burrolandia pero los animales, siguiendo su instinto, lograron salvarse.

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Última hora de los incendios en España

El incendio que se desató la noche del lunes en los montes de Tres Cantos no tardó en avanzar rápidamente, obligando a desalojar a los vecinos de urbanizaciones cercanas y obligando a movilizar a la UME para tratar de estabilizar unas llamas que avanzaban descontroladas debido a la fuerza del aire que soplaba en la Comunidad de Madrid.

Las llamas se podían ver desde muchos puntos de la ciudad y las cenizas y el olor a humo llegaron a lugares muy lejanos de la Comunidad de Madrid debido a la magnitud del incendio que, probablemente arrancó por por una fuerte tormenta seca, tal y como ha explicado el consejero de Medio Ambiente.

La fuerza del viento era tal que en apenas 40 minutos el fuego logró avanzar 6 kilómetros, pasando por zonas aledañas a Tres Cantos y llegando a uno de los lugares más mágico de la zona: Burrolandia.

Burrolandia es una protectora animal fundada como Asociación de Amigos del Burro y que lleva trabajando desde el año 1996 para evitar la extinción de éste animal. Un lugar mágico al que cada semana acuden cientos de familias para compartir un rato junto a estos animales y que con el paso de los años se ha convertido en toda una institución en la Comunidad de Madrid.

Pero la noche del 11 de agosto todo se paralizó cerca del recinto de Burrolandia. Las llamas se acercaban peligrosamente y el humo y la ceniza hacían que la visibilidad cada vez fuera más reducida. Respirar cada vez se hacía más complicado pero a pesar de los malos presagios el milagro sucedió.

Los burros de Burrolandia no dejaron que el pánico se apoderara de ellos y, siguiendo su instinto, rápidamente se alejaron de las zonas en las que el fuego iba avanzando. Los animales -pues no sólo hay burros en Burrolandia- no dudaron en ir todos a una hasta el centro del recinto y tan sólo tres cabras no pudieron sobrevivir.

Pero esto tampoco fue del todo fortuito porque tal y como explican desde Burrolandia, los trabajadores pasaron toda la noche en vela siguiendo el avance del fuego a través de las cámaras de seguridad para controlar que las llamas no arrasaban con el recinto y con los animales y fueron ellos quienes abrieron de forma remota las puertas de control para que pudieran acceder al espacio exterior.