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4 trucos de belleza de Marilyn Monroe

Marilyn Monroe es una de las grandes leyendas de la historia del cine

Marilyn Monroe sin duda siempre estará en la historia como una de las mujeres más bellas de todos los tiempos, una actriz que se convirtió en leyenda antes de tiempo tras fallecer a los 36 años. Hoy te damos algunos de los trucos de belleza de Marilyn Monroe, todos ellos muy eficaces y los cuales ella aplicaba a diario para estar siempre fantástica.

Cada mujer tiene sus trucos de belleza, muchos de ellos son generales pero hay otros que quizás no se conocen mucho y lo cierto es que, cuando los pruebas, te das cuenta de que realmente merece la pena ponerlos en práctica.

Los mejores trucos de belleza de Marilyn Monroe

No lavarse el pelo todos los días

Lavarse la cabeza todos los días no es para nada recomendable, y Marilyn lo sabía bien. Gracias a eso su característico rubio duraba más tiempo, y cuando quería que pareciera más limpio se echaba polvos de talco en las raíces.

5 tonos de pintalabios

Podría decirse que Marilyn inventó el famoso contouring que tan famoso se ha vuelto en los últimos tiempos, ya que la actriz podía llegar a aplicarse incluso 5 tonos de pintalabios diferentes al maquillarse. Era su gran truco para lucir siempre una boca sensual, bonita y sumamente atractiva en todo momento. El tono más oscuro lo aplicaba en los bordes, mientras que los más claros los iba aplicando en el centro para que los labios ganaran volumen.

Rutina en el rostro

La vaselina tiene muchas ventajas, y Marilyn se la aplicaba en la piel en sus cuidados diarios, lo que hacía que luciera perfecta cada segundo. Su rutina en el rostro era trabajarlo por capas, empezando por la vaselina, aplicando después crema Nivea y terminando con diversos productos específicos de Erno Lazlo.

Ojos

El maquillaje de Marilyn se destacaba entre otras cosas por tener siempre un efecto mojado en los párpados, lo cual lograba aplicando unas gotas de aceite de coco o un poquito de vaselina. En los párpados también difuminaba sombra de ojos blanca, desde el lagrimal hasta las cejas, y la mirada la perfilaba con un delineador negro y marrón. Con un eyeliner blanco perfilaba las líneas de agua y dibujaba un triángulo en la parte externa del ojo.