Investigación

El tribunal de Nueva York impondrá a Roures una multa millonaria por el soborno a directivos de la FIFA

La Corte del Distrito Este de Nueva York impondrá finalmente a Mediapro/Imagina, el holding controlado por Jaume Roures, una multa millonaria por el soborno a directivos de la FIFA para obtener los derechos televisivos de varios mundiales de fútbol.

Otras filiales del grupo, de las que el editor del diario podemita Público también posee el control accionarial, están siendo investigadas por blanqueo de dinero y de organización criminal para delinquir.

El magnate de la comunicación, después de varios meses de negociación, se ha negado a llegar a un acuerdo con la Fiscalía de Manhattan, según han asegurado a OKDIARIO fuentes próximas a la investigación. Esa obstinación de Roures ha provocado que los fiscales norteamericanos hablen de una sanción ejemplar, que no es recurrible.

«Roures ha jugado duro ante los tribunales de Nueva York y desconoce que su prepotencia, acostumbrado a moverse con impunidad por España, no tiene cabida en el sistema norteamericano», mantiene una fuente que conoce las interioridades de la causa de los sobornos a la FIFA.

No obstante, el millonario de la televisión, que se presenta como empresario comunista, ya ha constituido en el balance consolidado de Mediapro/Imagina una provisión de diez millones de euros, previendo la consumación de la sanción por parte de la Fiscalía neoyorkina, según confirman a OKDIARIO fuentes del entorno de la compañía.

Las sociedades de Roures habrían pagado en sobornos, entre 2008 y 2015, más de cinco millones de euros por una serie de contratos de derechos televisivos que ascenderían a más de 30 millones.

La sanción judicial impuesta a Mediapro será calculada en función del dinero ingresado por los derechos televisivos y por las cantidades que desviaron a directivos de la FIFA durante el proceso de corrupción. Roures tiene la ventaja de conocer las multas que la Fiscalía ya ha impuesto a otras dos empresas que fueron socias suyas durante la captación de voluntades. La brasileña Traffic, que formó un joint venture con Imagina a partir de 2008, tendrá que pagar 150 millones de dólares y la argentina Torneos y Competencias, de la que la Roures fue también socio, abonará 122 millones.

La cantidad impuesta a Mediapro será mucho menor porque tanto Traffic como Torneos y Competencias han copado el mercado americano del fútbol durante los últimos 20 años, generando una masa de negocio muy superior a la empresa catalana.

OKDIARIO ya adelantó que el argentino Alejandro Burzaco, ex presidente de Torneos y Competencias, había acusado directamente a Mediapro de participar en la compra de los directivos de las federaciones del fútbol americano. Y ligaba en toda esa actividad a un amigo de Roures, a Jérôme Valcke quien, auspiciado por Joseph Blatter, fue secretario general de la FIFA entre junio de 2007 y septiembre de 2015..

Valcke mantenía una estrecha relación con Roures desde que Mediapro recompró en 2002 la sociedad gala Video Communication France, de la que llegó a ser director general el propio Valcke.

Sobornos ordenados desde España

Entre los muchos pagos realizados por Mediapro, destacan las coimas efectuadas a Jeff Webb, ex presidente de la CONCACAF, la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y Caribe de Fútbol, una de las seis organizaciones que pertenecen a la FIFA, con sede en Miami. Para la Fiscalía de Nueva York, Mediapro y su equipo directivo estarían implicados en la aprobación y ejecución del pago de sobornos.

Según fuentes internas del holding televisivo, Mediapro dispone en la actualidad de dos consejos, además del de Imagina donde asisten los socios. El primero, bautizado por los empleados como el politburó, está formado por Roures, Benet, Romy -que ya ha abandonado-, De Gauna y Cumming. El segundo reúne al top-20 de los ejecutivos más importantes. Pero, al margen de los cónclaves empresariales, quien tiene siempre la última palabra es Roures. El estratega e intermediario de Podemos y ERC se mueve con un poder absoluto, que nadie discute. “No hay dudas de que controla enteramente todo lo relacionado con el fútbol y el cine”, aseguró un colaborador de Mediapro.

Por eso, la investigación del FBI ha podido determinar que las órdenes de abono partieron desde España, desde la sede de Mediapro en Barcelona, y que los pagos fueron efectuados por la sociedad portuguesa Medialuso cuya propiedad es al cien por cien de la productora catalana. Jonathan Cumming, director financiero de Imagina Group y miembro del politburó, según la investigación judicial, fue quien ordenó las transferencias a Webb desde Medialuso.

Entre culpables y conspiradores

Varios de los ejecutivos e intermediario del holding de Roures que participaron en el pago de las mordidas ya se han declarado culpables ante la Corte de Brooklyn. Todos ellos confesaron que las instrucciones y las órdenes partían de sus superiores.

Entre los investigados por la justicia americana destaca uno de los fundadores de Mediapro, el también catalán Gerard Romy, que en la época de los sobornos era el responsable de Internacional de la compañía. Romy, tras el escándalo de la corrupción en la FIFA, abandonó la sociedad y en 2016 se hizo cargo de Mediavideo.

El que fuera número dos de Mediapro durante décadas figura en los documentos de la Corte de Nueva York, a los que este diario ha tenido acceso, como «co-conspirador número 5». Los fiscales lo acusan de participar y coordinar los pagos al ex presidente de la CONCACAF, Jeff Webb.

Romy se presenta en la red social Linkedin como un emprendedor que en «en los últimos 25 años ha confundado y creado la mayor empresa del sector audiovisual de España y una de las más grandes de Europa, Mediapro». Aunque hace un año abandonó la empresa, sigue conservando el 12 por ciento de las acciones, el mismo porcentaje de sus otros colegas fundadores del emporio televisivo, Roures y Tatxo Benet.

Las irregularidades cometidas -sobornos y blanqueo de dinero, entre otras- por empresas del holding de quien se considera un comunista de la Revolución Bolchevique provocaron los registros en varias sedes de Mediapro en Estados Unidos y España. Las oficinas en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y en la central de la Diagonal de Barcelona fueron allanadas en 2016 por efectivos de la UDEF, en cumplimiento de una comisión rogatoria solicitada por el FBI, para localizar los soportes contables de los pagos de comisiones. Con anterioridad habían sido registradas las instalaciones en Miami de la filial Media World US.