Investigación
'Caso Koldo'

Los miembros de la ‘trama Ábalos’ al teléfono: «Están todos cardiacos, tío, esto tumba la compañía»

Juan Carlos Cueto trasladó su pánico a un colaborador en una llamada intervenida por la Guardia Civil

El Gobierno compró el silencio del jefe de la trama de las mascarillas dándole 100.000 € tras ser imputado

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha documentado en un informe numerosas conversaciones entre los principales investigados en la trama Ábalos que evidencian su preocupación por la investigación abierta. En una de las llamadas intervenidas el 22 de diciembre de 2023, el empresario Juan Carlos Cueto se lamentaba ante su empleado Íñigo Rotaeche sobre el impacto que tendría una reclamación pendiente por mascarillas fake: «Y ayer ya se quedó de piedra cuando le conté el tema, que está todo el mundo cardiaco tío, es que es la tumba la compañía».

Esta conversación refleja el temor de los investigados a que, en concreto, el Gobierno autonómico de Baleares no emitiera ningún documento desistiendo de la reclamación económica por mascarillas defectuosas de Soluciones de Gestión SL, lo que mantenía vivo el procedimiento.

La desesperación llevó a Cueto a buscar la intervención de Koldo García para intentar frenar la reclamación. «No te preocupes, tranquilamente, me llamas con lo que sea… a la hora que sea… hoy… no te preocupes pero llámame», le decía Cueto a Koldo en una llamada del 22 de diciembre de 2023, evidenciando la urgencia de la situación.

El informe policial detalla cómo Koldo habría estado ejerciendo su influencia a través de terceros para lograr que la administración balear desistiera de la reclamación. «A ver, te comento, ya han hablado con él, ¿vale?», informaba Koldo a Cueto el 23 de diciembre, añadiendo que su contacto había respondido de forma positiva para sus intereses.

Cueto a Koldo: «Un problema de cojones»

La tensión era palpable en todas las comunicaciones. «Si mandan alguna cosa oficial y tal diciendo que no da lugar pues perfecto, si no vamos a tener pleito con ellos y con un problema de cojones», reconocía Cueto en la misma conversación, subrayando la gravedad del asunto.

Los investigados eran conscientes de la complejidad de la cadena de intermediación necesaria para influir en la resolución administrativa. Cueto explicaba a Rotaeche el funcionamiento de este entramado: «Pues muy sencillo, esto es un tío, que contacta con otro tío, que contacta con su jefe, que su jefe tiene que llamar al jefe del otro…». Y añadía con escepticismo: «Si fuera una cosa directa, bueno, y éste [Koldo] se expresa como se expresa».

La desconfianza sobre el resultado de estas gestiones quedaba patente cuando Cueto reconocía: «Una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen, es lo mismo que Angola tío. Te dicen una cosa y no hacen nada y cuando no te dicen nada parece algo ¿entiendes?».

Esta comparación con sus negocios en Angola refleja un patrón de conducta basado en contactos e influencias más que en procedimientos reglados. Juan Carlos Cueto está imputado por el caso Defex, por vender irregularmente armas a ese país africano. La Fiscalía pidió en marzo de 2019 hasta 50 años de cárcel para él.

El temor a las consecuencias económicas llevó a los implicados a considerar medidas drásticas para proteger sus intereses. «Deberíais de poner en barbecho la compañía a partir de ahora», aconsejaba Cueto a Rotaeche, sugiriendo paralizar la actividad de la empresa antes de que llegara la reclamación formal.

Influencia en Puertos del Estado

La investigación también ha documentado los vínculos entre Koldo García y altos cargos de entidades públicas involucradas en las adjudicaciones investigadas. El día 28 de noviembre de 2023, Koldo recibió una llamada de un hombre al que se refiere como «Alvarito», quien utilizaba un teléfono titulado por Puertos del Estado. En esta conversación, discutían sobre nombramientos ministeriales y su interlocutor mencionaba: «El Ministerio va bien, lo ha montado bien».

Este «Alvarito» podría ser, según el informe policial, Álvaro Sánchez Manzanares, secretario general de Puertos del Estado, quien en calidad de tal firmó uno de los documentos relativos al contrato que esta entidad adjudicó a Soluciones de Gestión por importe de 24,2 millones de euros (IVA incluido).

La red de contactos e influencias se extendía hasta los más altos niveles de la administración. En la misma conversación, «Alvarito» mencionaba: «El secretario de Estado con la gente de Euskadi siempre hay muy buena relación, entonces hemos tenido mucha suerte porque ya sabes que esto es una cosa de azar, ¿sabes?». Y añadía: «Te intentan poner ahí a cuatro trastornados y tienes un cristo».

Mientras la UCO sigue desentrañando la compleja red de relaciones, influencias y movimientos económicos, las conversaciones intervenidas pintan un panorama de empresarios y funcionarios «cardiacos» ante el temor de que sus maniobras queden al descubierto. Como resumió Cueto en una de las llamadas: «Al final esto os afecta a vosotros de lleno, pero afecta lateralmente al Grupo nuestro». Lo que comenzó como una investigación sobre contratos públicos durante la pandemia, podría acabar siendo, en palabras del propio investigado, «la tumba» para más de una compañía.